Licenciada en Psicología en la Universidad de Buenos Aires y Máster en Neurociencias, luego de haber trabajado como coordinadora psicológica en el Frente de Artistas del Borda y completado la Residencia en Psicología Clínica en el Hospital B. Moyano; se dedicó a la investigación sobre las causas de la “esquizofrenia” en diversos países del mundo. Hoy reside en Barcelona y decidió subirse al tren para compartir con nosotros sus percepciones y experiencias.

ANDEN: ¿Cuál crees que es el desafío más importante que enfrenta hoy la Salud Mental? En Argentina, pero también a nivel global.

 X.G.: A nivel global, la incidencia de personas afectadas por algún tipo de trastorno mental está creciendo. Hoy en día, enfermedades mentales como la depresión se encuentran entre las primeras causas de enfermedad, al lado de las enfermedades coronarias o las demencias. Por esto creo que el desafío más importante para la salud mental hoy está a nivel de políticas públicas que permitan reconocer a los trastornos mentales como enfermedades de pleno derecho, que requieren un tratamiento específico y que están frecuentemente presentes entre los ciudadanos de cualquier país. Creo que una vez que se reconozca este lugar para la salud mental, podremos contar con mayores recursos de investigación que conduzcan a tratamiento más eficaces.

ANDEN: Habiendo trabajado tanto en el Hospital Borda como en el Moyano, ¿Qué apreciación te merece la asociación de “los locos” con aquellos que están en tratamiento psiquiátrico (sobre todo en situaciones de encierro)?

X.G.: Honestamente, creo que la identificación entre una persona que padece enfermedad mental y la idea de “loco” es una identificación que está pasada de moda! En los hospitales psiquiátricos y en los servicios de psicopatología de los hospitales generales hay personas que reciben tratamiento mental por depresión, por un trastorno de ansiedad o incluso por ataques de pánico. Creo que hoy en día poca gente se atrevería a decir que estas personas son o están “locas”. Es cierto que aún permanece la idea de la locura asociada a enfermedades como la esquizofrenia. Desde mi punto de vista, esto se produce porque aún hay cierto desconocimiento acerca de los síntomas que hacen a la enfermedad, como pueden ser las alucinaciones o los delirios. El desconocimiento o la falta de familiaridad con estos síntomas producen miedo a algo que resulta desconocido, y el miedo a su vez genera como defensa un nombre para eso, que en este caso sería el de “loco”. Sin embargo, en los últimos años diferentes grupos de investigación han demostrado que una gran proporción de personas de la población general, es decir personas que no requieren tratamiento psiquiátrico porque no tienen ninguna enfermedad mental, tienen experiencias que llamamos psicóticas, como son los delirios o las alucinaciones.

ANDÉN: ¿Podrías describirnos brevemente cómo se vive adentro de los hospitales psiquiátricos?

 X.G.: Mi experiencia es que no puede generalizarse la situación en diferentes servicios de atención, en diferentes hospitales. Es cierto que en algunos servicios las condiciones son en extremo precarias, que apenas se cumplen los mínimos requerimientos de higiene. Pero también es cierto que en otros servicios los pacientes están asistidos no sólo con lo necesario desde un punto de vista médico, sino también desde lo humano. De hecho, la existencia de estos servicios de tan alto nivel sostiene la exigencia a los  otros que podrían estar funcionando de manera más digna.

ANDÉN: A partir de 1983 en nuestro país, con el retorno de la democracia, comenzaron algunos intentos progresistas a favor de la “desmanicomialización”. ¿Qué opinas sobre esta tendencia?

 X.G.: Considero que desmanicomialización es un movimiento basado en una ideología que se manifiesta a favor de la igualdad y la dignidad humanas. Creo que todos somos personas de pleno derecho y que estos derechos deben ser sostenidos en todas las situaciones. También creo que las personas con una enfermedad necesitan cuidados relativos a ese trastorno, sea cual fuere, y que estos cuidados deben estar dirigidos a restituir en la persona todas las funciones necesarias para recuperar o mantener su calidad de vida. En este sentido, opino que la desmanicomialización ha sido un movimiento que ha favorecido la restitución del sujeto y creo que ahora nos queda el camino de mirar a la enfermedad con objetividad científica.

ANDÉN: El Frente de Artistas del Borda (FAB) es fruto de estas luchas, una trinchera de resistencia. Contános tu experiencia. ¿Qué es el Frente? ¿Qué hacías vos y qué te dejó la experiencia?

X.G: El Frente de Artistas del Borda es una Fundación que actúa desde el Hospital Borda y que promueve la expresión de disciplinas artísticas [http://www.frentedeartistas.com.ar].  Yo trabajé con ellos hace más de 6 años, y en esa época teníamos espacios de talleres de arte y también de asamblea, donde se discutían todas las cuestiones relativas al funcionamiento del Frente. Es un espacio abierto tanto a personas que sean asistidas en el Hospital Borda, como a personas de la comunidad en general. Yo acompañaba el proceso creativo del taller de mimo y aportaba una mirada psicológica a las actividades que ahí se hacían, teniendo en cuenta que no se trata de grupos con un objetivo terapéutico primario. Creo que llamarlo “experiencia” le quita un poco el valor que ha tenido: para mí fue un encuentro entre mis inquietudes como psicóloga, mis valores como persona, y un gran grupo de gente con la que compartíamos esta ideología.

 

ANDÉN: Es sensato compartir con los lectores de Andén que nos une una relación de amistad de muchos años; y recuerdo asistir a uno de tus cumpleaños, cuando recién te iniciabas en el FAB. Entré, saludé a los invitados y murmuré: “¡Pero qué nivel académico, estamos rodeados de Doctores!”, una amiga me mira, se sonrié y me retruca: “Y a “los locos”, ¿no los viste?”.  Esa noche no nos acostamos antes de las 6am. ¿Lo recordás? ¿Cómo viviste esa experiencia? ¿Por qué los invitaste? ¡A mí me encantó!

 X.G.: La verdad es que invitarlos era lo más natural de hacer. Trabajábamos juntos cada semana, compartíamos situaciones también fuera de las horas del taller, y yo quise que estuvieran en mi cumpleaños. La manera de trabajar en el FAB promueve este tipo de encuentros porque yo no funcionaba dirigiendo el tratamiento psicológico de estas personas. Es decir, que nadie era mi paciente, eran simplemente personas que conocí y con algunos nos llevábamos muy bien. Aparte de eso, tenían una enfermedad mental y un tratamiento consecuente con ello. Por suerte, en el momento de mi cumpleaños esta enfermedad no les impidió viajar hasta la casa, conversar con otros invitados y quedarse despiertos hasta las 6 de la mañana.  Recuerdo esa noche con mucha alegría y un poco de ternura por el esfuerzo que les requirió a ellos venir desde el hospital para festejar mi cumpleaños.

ANDÉN: Por otro lado, varios años trabajaste en el Hospital Moyano. ¿Qué tipo de trabajo realizabas allí? ¿Qué diferencias encontrás entre ambos hospitales?

 X.G.: En el Hospital Moyano completé la residencia en Psicología Clínica. Es decir, que básicamente trabajaba como terapeuta de personas que venían explícitamente a pedir asistencia de salud mental. Se ve que mi función era muy diferente a la que tenía en el FAB, acá yo asistía pacientes por medio de intervenciones terapéuticas y trabajaba junto con médicos psiquiatras. Mi lugar, mi experiencia en este hospital me ha dejado la formación como profesional de la psicología clínica, y ahora cuento con más herramientas en diferentes tipos de terapias e intervenciones. Los mejores recuerdos, claro, se asocian a tratamientos que fueron bien, como personas que pudieron recuperar sus trabajos después de un tiempo de internación, u otras a quienes ayudamos a lidiar con la enfermedad y pudieron volver a su vida cotidiana. Los peores recuerdos vienen de las frustraciones, que tenían una doble causa: la falta de recursos estatales para los tratamientos que queríamos implementar por un lado. Y por otro lado, lo dificultoso que resulta el tratamiento de algunas de estas enfermedades porque no contamos aún con una guía clara hacia la cura. La mayoría de las veces se trataba de lograr juntos con los pacientes una mínima restitución a la vida cotidiana.

ANDÉN: ¿Por qué decidiste dejar ese trabajo y comenzar una nueva etapa?

 X.G.: Justamente por las “frustraciones” de mi experiencia como psicóloga clínica. El trabajo en el hospital resultaba muy satisfactorio a nivel humano y muchas veces las familias podían ser ayudadas en su sufrimiento. Sin embargo yo sentí la necesidad de abordar el problema desde una perspectiva más “masiva”, por llamarlo de alguna manera. La necesidad de buscar una cura a la enfermedad que fuera más generalizable, que pueda ayudar a más de un paciente a la vez. Por esa razón decidí encarar el mismo tema de la salud mental pero esta vez desde la perspectiva de la investigación, donde trabajamos con grupos de pacientes y sus familias, poblaciones enteras de cuyo estudio esperamos poder concluir en una solución para los individuos.

ANDÉN: ¿Cuál es tu tema de investigación en este momento? ¿Y cómo van los avances al respecto?

 X.G.: El tema de mi investigación concierne a la influencia relativa que tienen los componentes genéticos y los factores ambientales en la expresión de la esquizofrenia. Algunas de las preguntas que intentamos resolver son, por ejemplo, ¿es la esquizofrenia hereditaria? ¿O son las experiencias vividas por las personas las que determinan que se enfermen con esquizofrenia? La esquizofrenia es una enfermedad mental muy severa que afecta a la imagen de sí mismos que tienen las personas que la padecen, y afecta también a su relación con el mundo. Como puede suponerse, se trata de una enfermedad compleja, de la cual hasta hoy se desconoce una causa.

Desde hace algunos años existen estudios en familias de pacientes que demuestran un componente hereditario de la enfermedad. Pero este componente hereditario no explica todo, es decir que no se puede atribuir solamente a los genes que una persona tenga esquizofrenia y otra persona no. La investigación sobre posibles factores ambientales implicados en el hecho de que una persona padezca la enfermedad, propone la influencia de eventos  externos como pueden ser el consumo de cannabis o incluso la migración. Es decir, que algunas experiencias vividas, dadas ciertas circunstancias, también pueden favorecer la aparición de la enfermedad.

En base a todos estos resultados, hoy en día se cree que la esquizofrenia sería la manifestación final de procesos que involucran tanto influencias genéticas como ambientales. Sin embargo, no sabemos aún hasta qué punto son los genes, o en qué extensión las experiencias vividas, lo que determinan la aparición de la enfermedad. Yo me dedico actualmente a este estudio; apuntamos a dilucidar la proporción de efectos genéticos y ambientales que están influyendo. Y para abordar este problema, nos centramos en una característica que es particularmente llamativa de las personas que padecen esquizofrenia,  y que es su modo de funcionamiento cognitivo. Es decir, estudiamos la manera en que estas personas manejan su relación con el mundo desde dominios mentales como la memoria, la atención, la inteligencia en general. Creemos que por este medio podremos acercarnos a la causa inicial de la esquizofrenia. Y tenemos el objetivo final, claro, de comprender cómo funciona la enfermedad para poder encontrar también un modo de curarla.

ANDÉN: Sabemos que hoy residís en Barcelona y que también estuviste viviendo el año pasado en Londres, así como también en USA unos años antes. ¿Siempre investigaste sobre el mismo tema?

 X.G.: Siempre. En todos estos lugares que mencionas estuve trabajando junto con personas que también se especializan en esquizofrenia y en los aspectos de la investigación de esta enfermedad desde la perspectiva de las neurociencias y de la genética del comportamiento. Desde hace casi 3 años trabajo en la Universidad de Barcelona en este estudio que te comentaba acerca de la influencia de los genes y el ambiente en la esquizofrenia.

Los distintos lugares que comentás, donde estuve trabajando, han tenido en todos los casos como denominador común otros investigadores que se dedican al estudio de la esquizofrenia y consideran que dilucidar los mecanismos de funcionamiento de las funciones mentales de estos pacientes supondrá un gran avance científico en el conocimiento de las bases etiológicas de la enfermedad. 

ANDÉN: Has tenido la posibilidad de mirar la Salud Mental desde otros países: ¿qué diferencias crees que hay entre Europa y América Latina, sobre todo nuestro país? Tanto en términos del ejercicio de la medicina, como también en términos de investigación científica.

 X.G.: Yo creo que la diferencia más importante, y por eso la más obvia, está a nivel de recursos con los que cuenta cada país. Hay profesionales en Argentina que tienen tan alto nivel como cualquiera que yo pueda haber conocido en Europa o Estados Unidos, de eso no tengo ninguna duda. De hecho, creo que deberíamos estar orgullosos de los profesionales que tenemos, que han conseguido un altísimo nivel de formación con la mitad (o menos) de los recursos con los que cuentan otros países.

Y luego, claro, está el aspecto de la idiosincrasia de cada lugar. Hace poco conversábamos con otros amigos, latinoamericanos y europeos, y surgió una pregunta interesante: ¿sería la Argentina un país más competitivo en términos de investigación científica, si el país contara con los mismos recursos con los que cuenta Europa o Estados Unidos? Hoy en día existen en el país centros de investigación muy prestigiosos, con proyección internacional y alto impacto. Sin embargo, ¿es esto potencialmente generalizable? Básicamente, la pregunta apunta a un hipotético experimento que podría ser interesante estudiar.

ANDÉN: ¿Por qué decidiste investigar afuera?

 X.G.: Mi decisión se vio en parte forzada por el problema de los recursos de los que hablábamos y de las prioridades que tiene la investigación en cada región: en Buenos Aires hay recursos destinados a investigar problemas urgentes, como por ejemplo las consecuencias de la desnutrición en los niños. Pero el estudio de la influencia genética en la cognición de los pacientes con esquizofrenia queda bastante alejado de las prioridades del país, evidentemente. Por eso busqué un grupo donde poder desarrollar esta investigación, y me mudé a Barcelona. Estoy satisfecha con la decisión que he tomado, aunque no dejo de pensar en la posibilidad de llevar adelante este tipo de estudio en Buenos Aires.

ANDÉN: Siendo ANDÉN un medio de comunicación, nos gustaría preguntarte si habiendo participado en el FAB, tuviste contacto con la Radio La Colifata?

 X.G.: Aunque no he trabajado nunca en La Colifata, sé que se trata de una radio que funciona emitiendo desde el Hospital Borda, que está formada en su mayor parte por personas que padecen enfermedad mental y que tratan temas que se relacionan con la salud mental pero también con la problemática social en general. Si bien ambos funcionan dentro de los límites del Hopsital Borda, el FAB y La Colifata son independientes entre sí. Comparten, hasta donde yo entiendo, la idea de la restitución del sujeto de un sistema que tiende a hacerlo anónimo, y buscan eliminar del imaginario colectivo la idea del loco detrás del muro. Son diferentes dispositivos de lucha por el reconocimiento de derechos humanos básicos.

ANDÉN: La productora del músico Manu Chao les produjo un disco, ¡muy bueno por cierto! Tengo entendido que la Radio Nikosia de Barcelona, mediante un amigo en común, Ezequiel Sánchez de Proyecto Chakana [www.proyectochakana.com] te invitaron a participar de un programa especial vinculado a este tema. ¿Cómo fue la experiencia? ¿Podemos escucharlo en algún lado?

 X.G.: La Radio Nikosia tiene una página web donde cuelgan los posts de cada programa. Tuvieron una edición dedicada a los manicomios y la desmanicomialización en América Latina en el mes de noviembre del año pasado, y me invitaron a conversar un poco con ellos y responder preguntas sobre mi punto de vista sobre el tema. La experiencia fue muy enriquecedora, a mi me resultó muy interesante escuchar la opinión de algunas de las personas de la radio que habían tenido la oportunidad de visitar los hospitales en Buenos Aires. A mi sus observaciones me generaban sentimientos encontrados de orgullo por los logros (ya ves, una radio en Barcelona nace teniendo como ejemplo una experiencia iniciada en Buenos Aires) y un poco de vergüenza al escuchar los comentarios que hacían sobre el mal estado del hospital.  También en el transcurso del programa me enteré de movimientos semejantes que se están haciendo en países vecinos a la Argentina, como por ejemplo Brasil. Creo que este tipo de encuentros son estimulantes especialmente para conocer a otras personas que están involucradas en dispositivos similares y para saber que lo que hacemos es parte de un colectivo más grande que busca los mismos efectos. Siempre es alentador saber que otras personas se interesan por lo que hacemos y actúan en la misma dirección■

Currículum Vitae

Licenciada en Psicología en la UBA, trabajó como coordinadora psicológica en el Frente de Artistas del Borda y completó la Residencia en Psicología Clínica en el Hospital B. Moyano. Luego de una estancia de investigación en Washington University en St Louis (Estados Unidos) centrada en el estudio de las enfer-medades mentales, se traslada a España, donde obtiene el título de Máster en Neurociencias y comienza a trabajar como investigadora predoctoral en Biomedicina. Se involucra en el estudio de las influencias genéticas y ambientales sobre la expresión de la esquizo-frenia en la Universidad de Barcelona, desde donde realiza una colaboración con el Institute of Psychiatry (Londres). Actualmente forma parte de la Red Europea de Estudios sobre Esquizofrenia.

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