Las cuatro centrales sindicales del Perú (CGTP, CTP, CUT, CATP), presentaron en la sede en Lima de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) el primer Plan Intersindical para las Migraciones Laborales. Constituye el primer plan intersindical elaborado en América Latina y pretende tener incidencia en la protección de los derechos laborales de tres millones de peruanos que viven y trabajan fuera de nuestro país, sin descuidar la protección de los inmigrantes, dejando así de lado cierta retórica que sólo alude a la protección de nuestros emigrantes y descuida la situación de alrededor de 80 mil extranjeros que residen entre nosotros.

 

El plan ha sido diseñado en tres partes y cinco ejes. En la primera parte analiza la situación de la migración laboral internacional; en la segunda, fija los ejes de intervención que va desde la protección de los migrantes al mejoramiento de capacidades para la sindicalización, sin descuidar los temas relacionados con el codesarrollo, juventud y género; la última parte contiene orientaciones para la gestión y evaluación. En este proceso, han contado con el apoyo de la OIT (tanto a través del Proyecto Migrandina como de ACTRAV), del Instituto Sindical de Cooperación al Desarrollo, de la Coordinadora de Centrales Sindicales Andinas, Consejo Consultivo Laboral Andino, entre otros. Un esfuerzo conjunto que viene a dar respuesta ante malas prácticas sociales y políticas públicas que muchas de ellas atentan de manera evidente e insoportable contra elementales exigencias de justicia y contra derechos humanos protegidos por el Derecho de Gentes.

…en muchos países prósperos se ha desarrollado una política de contratación de migrantes para hacer los trabajos más desagradables y para poder financiar la caja de pensiones de una población cada vez más anciana.  Si esto no remece nuestra conciencia moral ¿qué podría hacerlo?

Tal es el caso de la Ley SB1070 en el Estado de Arizona, ley que entró en vigor el 29 de julio de 2010 y que busca causales de justificación para que las intervenciones policiales tengan el respaldo jurídico convirtiendo en delitos graves no portar permisos de residencia y de trabajo; a este panorama criminalizador de las migraciones, se ha sumado, hace poco, el salvajismo de organizaciones criminales con el asesinato de 72 inmigrantes en México, 58 hombres y 14 mujeres; y en Europa, en este año que concluye, el Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial de la ONU expresó su preocupación por las expulsiones masivas de romaníes y por «un aumento de la violencia de carácter racista contra los gitanos» dado que el gobierno francés venía expulsando a miles de ellos.

Ciertamente, en el contexto actual se encontrarán muchos pretextos para expulsar a migrantes, pero hay dos cosas que deben recordarse: la primera, que en varios momentos históricos, sobre todo después de la Segunda Guerra Mundial, una gran cantidad de europeos fueron acogidos por países de otros continentes; en segundo lugar, en muchos países prósperos se ha desarrollado una política de contratación de migrantes para hacer los trabajos más desagradables y para poder financiar la caja de pensiones de una población cada vez más anciana.  Si esto no remece nuestra conciencia moral ¿qué podría hacerlo?

El 18 de diciembre, “Día del Migrante”, fue una buena ocasión para reflexionar y recordar que el Perú suscribió hace algunos años la Convención Internacional sobre la Protección de los Derechos de los Trabajadores Migrantes y de sus Familias, adoptada por la ONU; y en este marco, el Plan Intersindical de Migraciones Laborales busca fortalecer nuestra conciencia ético-jurídica, en una aldea global en la que todos tenemos cierta responsabilidad no sólo para con el medioambiente, sino también respecto de cada persona■

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