La beneficencia y la caridad suelen ser las prácticas gubernamentales y sociales que prevalecen frente a la problemática de la discapacidad. Medidas que parecen ser funcionales a esa mirada hegemónica que ve a las personas con discapacidad como “enfermos, retardados, marginales”, mirada predominante en una sociedad poco preparada para aceptar lo diferente. Aun así, existen experiencias que buscan romper estás lógicas e instalan nuevos sentidos.

Si cambiamos la forma de ver las cosas, las cosas cambian de forma. Anónimo

“La discapacidad tiene que ver con sociedades que no siendo perfectas han creado un concepto de perfección y normalidad acreditado al sector que tiene poder” (Rodrigues Lores, 2012). Este concepto de perfección y normalidad está fundamentado por ese orden cultural dominante[1] que concibe a las personas con discapacidad como un sujeto impedido, retardado, marginado, incapaz, minusválido, necesitado.

Frente a esta mirada hegemónica, las políticas públicas que buscan dar respuesta al fenómeno de la discapacidad suelen consistir en medidas de compensación social a través de la beneficencia, la caridad, un tratamiento al margen de la sociedad y el desarrollo de servicios de asistencia especializada, que no logran resolver el problema de la exclusión y de la marginalidad social.

No han sido pocas las iniciativas y campañas que intentaron concientizar a la sociedad civil sobre la erradicación de las denominaciones peyorativas hacia los discapacitados y propusieron nuevos términos como personas con capacidades diferentes, personas con diversidad funcional o con movilidad reducida. Iniciativas que tienen buenas intenciones pero que no llegan a la cuestión de fondo que son los factores estructurales que dan cuenta de la problemática y que necesitan políticas públicas profundas y sustentables.

Lo que antecede no desconoce que los significados preferentes y hegemónicos que circulan en una sociedad son un reflejo de las relaciones de poder imperantes. Pero la “verdad” de los discursos esconde las condiciones económicas, políticas, sociales que los gestaron. Por eso, no solo debemos preocuparnos por cómo denominamos o llamamos al otro, sino también por cómo lo tratamos. No solo de nuestros discursos, sino de nuestras conductas.

Y circunscribiéndonos al Estado y la sociedad civil, observamos que las personas con discapacidad en su calidad de ciudadanos de pleno derecho rara vez son interpeladas.

Pero retomando la mirada hegemónica que predomina en referencias al discapacitado y la discapacidad, debemos considerar que ese orden cultural antes mencionado es dominante pero nunca determinante. Es decir, que las miradas y los significados hegemónicos pueden dar lugar a espacios que buscan romper esas lógicas y a nuevas y ricas lecturas sobre los fenómenos sociales, alejados de los lugares simplistas y cómodos.

Una de esas experiencias se encuentra en el distrito de Almirante Brown, donde funciona el Centro de Recreación y Deportes para personas con discapacidad.

 “El único límite que tiene el ser humano está en su cabeza”, dice Fernando Mihovich, uno de los gestores de este espacio que un día se animó a competir en carrera de aguas abiertas convencionales junto a sus deportistas que tienen parálisis cerebral, ceguera, mielomeningocele, amputación de miembros, entre otras discapacidades que quedan en un segundo plano cuando de pasión por el deporte y los desafíos se trata.

Este centro recreativo y deportivo comenzó a funcionar en el 2008 en la Municipalidad de Almirante Brown, coordinado por Mihovich y Gustavo Borro, dos profesores de educación física que pudieron consolidar en este proyecto largos años de trabajo en el deporte adaptado.

“Apuntamos a concebir las discapacidades no como un impedimento sino como una constante de modo de potencializarlas para lograr una integración de las personas con discapacidad de manera más autónoma y suficiente”, explica Borro.

El objetivo fundacional de esta propuesta fue simple pero no por ello menos ambicioso: aportar a la construcción de una sociedad más igualitaria, abriendo mayores posibilidades para lograr una plena integración social de las personas con discapacidad, promoviendo canales de accesibilidad a las actividades deportivas y recreativas.

Y así, al romper con las miradas simplistas que veía a los discapacitados como “enfermitos” o “pobrecitos”, se los vio como personas, personas que presentan una discapacidad pero su calidad y cualidad humana no empieza ni termina ahí.

“Cuando nuestros alumnos se acercan a nuestro programa, claramente el principal propósito es brindarles un espacio de contención social pero, allanado ya este camino, tratamos de fomentar y potencializar sus capacidades deportivas porque para nosotros el crecimiento del deporte adaptado es una herramienta necesaria e imprescindible para brindarles a las personas con discapacidad una mejor calidad de vida y un desarrollo personal integral, alejado de las medidas asistencialistas y paliativas a corto plazo”, coinciden los coordinadores.

Así, cuando se rompen los preconceptos, ya el discapacitado no se siente una otredad entre ese “nosotros” que lo excluye, sino que pasa a formar parte de una mismísima, de un nosotros inclusivo. Entonces, ¿por qué no empezamos a cambiar la manera de ver las cosas?
 


Bibliografía

FONTOVA, Fernando.Discapacidad, calidad de vida y políticas públicas. Noviembre 2007.(http://www.fantova.net)

HALL, STUART. “Codificar y Decodificar”. EnCULTURE, MEDIA Y LENGUAJE, London, Hutchinson, 1980.

JIMÉNEZ Lara, Antonio. «La imagen social de la discapacidad». Jornadas sobre discapacidad y medios de comunicación (Cuenca), Asociación Roosvelt (1999)

RODRIGUEZ LORES, Alexandro.: «La discapacidad como fenómeno social: un acercamiento desde la sociología «, en Contribuciones a las Ciencias Sociales, Abril 2012, www.eumed.net/rev/cccss/20/

 


[1] Según Stuart HAll “Cualquier sociedad o cultura tiende, con diferentes grados de clausura, a imponer sus clasificaciones del mundo político, social y cultural. Estas constituyen el ORDEN CULTURAL DOMINANTE aunque nunca sea unívoco o no contestado”.

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