Una banda proveniente del conurbano con casi treinta años de trayectoria nos demuestra que puede pensar las diferentes problemáticas latinoamericanas desde la visión de los sectores más postergados y marginados. Al ritmo veloz, potente y agresivo del Thrash Metal, aborda la cuestión de la violencia con el lenguaje directo y de denuncia que caracteriza a aquel subgénero del Heavy Metal.

A fines de la década de los ochenta, un tren partió desde Retiro en dirección a la localidad de Grand Bourg, provincia de Buenos Aires. La máquina estaba descontrolada. No había frenado en diversas estaciones y amenazaba con provocar un fatal accidente. Gracias a la valentía de dos trabajadores, un guarda y un pasajero que se treparon, se evitó lo que podría haber sido una tragedia. El suceso apareció en los diarios bajo el título: “Un tren loco que no para”.[1]

Este es el origen del nombre de la locomotora que invita a todos sus pasajeros a  recorrer los diferentes mapas de la sociedad y, de esta manera, ejercer un pensamiento crítico sobre ella. La formación está integrada por Gustavo Zavala, Carlos Cabral, Cristian Gauna, Pablo Soler y Dany Wolter. Nosotros tomaremos el ramal que transita por las vías férreas de la violencia, y así reflexionaremos en cada uno de sus andenes. Bienvenidos al Tren Loco, todos a bordo.

¡Alto! ¡Policía ferroviaria!
La primera parada aborda la violencia institucional que despliega el Estado a través del sistema punitivo. Por lo general, en la sociedad predomina el pensamiento de que el aumento de la cantidad de policías en circulación con una mayor libertad para ejercer la “mano dura” resolvería el problema de la seguridad y la delincuencia. Sin embargo, las calles del conurbano dicen otra cosa acerca de la “Patrulla Bonaerense”:
 

Mientras te humillan contra la pared
Alguien asalta a un remisero
¿Quién es quién?
Mientras coimean en un cabaret
Alguien viola a una pendeja
¿Quién es quién?
Panzas azules no pueden correr

Al traficante de bebés
¿Quién es quién?
Ellos se cagan en tus derechos
Y te atropellan a cualquier precio
¿Quién es quién?
Patrulla bonaerense
¡Te pega donde más duele!

A diferencia de los sectores privados, el estado posee, entre otras cuestiones, una estructura de tamaño incomparable, una capacidad de planificación sistemática que abarca todo su territorio, pero también el deber de garantizar derechos sociales, civiles, humanos, económicos, etc. Por estas razones, no es igual la violencia ejercida por determinados individuos o grupos civiles que la efectuada desde el estado. Claramente este último posee una responsabilidad indelegable y que tiene serias consecuencias a corto y largo plazo en sus habitantes.

Además, de detentar ineficacia y corrupción, el sistema policial está estrechamente ligado al poder punitivo del orden carcelario. Si bien a la delincuencia se la puede encontrar en todas las clases sociales, resulta llamativo que las cárceles posean una población que está integrada en un 98% por pobres[2] y, para colmo, más de la mitad ni siquiera tiene sentencia firme[3]. Además, está demostrado que el disciplinamiento que se ejerce en estos penales, a través de la violencia verbal y física, lejos de rehabilitar o resocializar a la persona, la perfecciona en el delito. Por si fuera poco, el antecedente de privación de la libertad le dificultará al individuo cualquier búsqueda laboral posterior. Entonces, cabe preguntarse qué futuro le espera a ese sujeto. “Sin Destino” es la respuesta del conjunto metalero:
 

Ruge la histeria en el penal
Mojada y fría en la oscuridad Todos los días todo es igual
Vida de perros hay que aguantar
Sin destino, sin piedad todo sigue igual
Es inútil soportar la rehabilitación
Hay un lugar intacto en mi cabeza
de los internos en el penal
Pocos se acuerdan en la ciudad

Algún incendio algún motín
Viene la tele y habla de mi
Año tras año la misma historia
Siempre la misma mierda
Vienen los grises a humillarnos
y nunca hay sentencia
Hay un lugar intacto en mi cabeza
¡Sin destino! ¡Sin testigos! ¡Sin destino!

El andén de la historia
El tren continúa su marcha para recordar que la violencia punitiva estatal no nació ahora. En “Ciudad Oscura” se describe uno de los sucesos más significativos de nuestro pasado: la Noche de los Lápices. Este ocurrió en la ciudad de La Plata, en los comienzos de la última dictadura cívico-militar. Debido a que diferentes agrupaciones de estudiantes de colegios secundarios estaban reclamando por un boleto estudiantil, las Fuerzas Armadas los consideraron como «integrantes de un potencial semillero subversivo», por lo que comenzaron a secuestrarlos, torturarlos y asesinarlos, el 16 de septiembre de 1976[4].

La violencia de la última dictadura genocida no se detuvo en el asesinato y desaparición de miles de personas. En plena debacle de legitimidad institucional, se hizo cumplir el Servicio Militar Obligatorio para los hombres de entre 18 y 21 años, con el objetivo de invadir las Islas Malvinas y así despertar un sentimiento patriótico del pueblo que podría mejorar la imagen del gobierno. Esta instrucción forzosa se hizo popularmente conocida como “colimba”, palabra que aludía a sus tres actividades más frecuentes: correr, limpiar y barrer. “Maniobras de Guerra” narra el profundo escarmiento que vivieron los jóvenes de aquella época por parte de este injusto régimen.

Finalmente, si volvemos aún más atrás en la historia, precisamente a los orígenes de la Nación Argentina, nos encontramos con “Cuatro Vientos” y “Los Kilmes”. Ambas obras denuncian el genocidio y saqueo llevado a cabo por los españoles en la Conquista de América, pero también su continuación en la actualidad, aunque de maneras más silenciosas e indirectas, por parte del Estado Argentino mediante la represión, el abandono y la negación de múltiples derechos para los pueblos originarios.

¿Última estación?
La violencia no solo puede adquirir formas verbales o físicas. La desigualdad económica en sí misma, ¿no puede pensarse también como una violencia? En este sentido, la banda metalera piensa si actualmente no podríamos estar viviendo una “Paz de mentira”:

Viajo en los trenes de noche y de día
Soy uno más del montón
Busco trabajo, taller, oficina
Nadie me quiere tomar
¡Paz, paz de mentira, paz!
¡Es una mierda lo que me quieren pagar!

Matan a un pibe en una esquina
Nadie se mete, nadie da cuentas
Hoy la justicia es la conveniencia
De los que tienen poder
¡Oh! ¡Paz de mentira total!

La negación sistemática de derechos también significa el aumento de otros tipos de desigualdades: las sociales, culturales y jurídicas. Estas también dejan a muchos sectores “Fuera de la Ley”:

Lo excluyeron muy poco a poco
Sin laburo y sin mutual
Cuando su pequeño hijo se enfermo
por remedio fue a robar
Perseguido por un vuelto
huye el padre y buen marido
y sin embargo la gente

lo sospecha de bandido
Ni justicia ni derechos
Solo hambre y represión
Para nosotros no han hecho
parlamentos ni leyes
Nosotros hemos estado postergados
Siempre fuera de la ley

A pesar de esta situación la canción relata cómo se continúa reclamando por más “mano dura”. Si bien es el fin del recorrido, todo tren debe volver a la estación de donde partió.


[1] Puro Heavy [en línea] Toda la potencia del metal con «Tren Loco» en Puro Heavy. Junio 14 de 2018. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=pWQf12Fcq_8 Recuperado el 02/10/2018.

[2] Anred [en línea] Tras las rejas: una mirada a la realidad de las cárceles argentinas. Abril 30 de 2014. Disponible en: http://www.anred.org/?p=37723 Recuperado el 02/10/2018.

[3] La Nación [en línea] El 61% de los 10.529 detenidos en cárceles federales está preso sin sentencia firme. Agosto 1 de 2016. Disponible en: https://www.lanacion.com.ar/1923601-el-61-de-los-10529-detenidos-en-carceles-federales-esta-preso-sin-sentencia-firme  Recuperado el 02/10/2018.

[4] Télam [en línea] Un crimen emblemático de la dictadura contra la juventud que peleó por el boleto estudiantil. Septiembre 16 de 2014. Disponible en: http://www.telam.com.ar/notas/201409/78230-noche-de-los-lapices-aniversario-la-plata.html Recuperado el 02/10/2018.

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