El objetivo de este trabajo es recuperar el proyecto educativo y político del pedagogo brasileño Paulo Freire: La educación para la liberación[1], desde una mirada que ponga en cuestión algunas de sus premisas y supuestos, problematizando aquellos puntos que consideramos discutibles. En este sentido, vamos a retomar algunas críticas que Rodolfo Kusch realiza sobre Freire en La negación en el pensamiento popular, y que tienen como objetivo superar las limitaciones que observa en el método del primero.
Toyotismo gnoseológico – Andén 62
Este trabajo propone muy modestamente una sucinta apreciación sobre la enseñanza y el estudio de la filosofía en la actualidad, a partir de mi recorrido como alumna y compañera, así como también de las experiencias recogidas en el rol de practicante y de observadora de clases en varias instituciones escolares de Buenos Aires.
Movimientos sociales y populismo. Una indagación inquisidora sobre la crisis argentina de diciembre del 2001 – Andén 62
La crisis de diciembre de 2001 abre una serie de preguntas para las que aún la sociedad no encuentra respuestas. La tarea fundamental versa sobre poder mostrar en qué medida estaba ya en la sociedad germinalmente presente el espíritu revolucionario que durante la ola de protestas de diciembre de 2001 se convirtió en protagonista absoluto.
Filosofar con Chicos como práctica de la libertad – Andén 62
Filosofarconchicos surge como colectivo en el año 2007 desde un grupo de estudiantes de filosofía con una mirada particular acerca de la filosofía y su enseñanza, y a partir de una serie de inquietudes respecto a la relación entre la filosofía y los niños.
La gran barcaza que cruza el río Acheronte – Andén 61
Una gran barcaza que llevó en todas sus idas a grandes personajes de la vida política argentina. Aquí hacemos un recuento de las formas que hay para el tratamiento de los cuerpos una vez inertes, para concluir con la más desgarradora de las verdades.
Mi madre estaba sentada al borde de la cama, me había despertado intempestivamente con lágrimas en los ojos, pidiéndome que jure no volver a tirar petardos o fuegos artificiales en las fiestas. Yo tenía 12 años como mucho. La verdad es que no entendía de qué estaba hablando, el porqué de su estado y su llanto. Luego me explicó todo. El pobre Tomi, alterado por el ruido, había saltado la medianera y lamentablemente estaba atado. Mi madre había encontrado muerto a mi perro de toda la vida.
Respetar la vida, la muerte – Andén 61
Con la caída del mundo medieval el sujeto moderno se enfrentó a la difícil tarea de mirar a la muerte a los ojos sin mediaciones divinas. Perdida la garantía que brindaba un más allá en el que depositar todas nuestras esperanzas, la finitud del hombre se mostró en toda su precariedad. De aquí que el temor ante la muerte sea el signo distintivo de la vida moderna, es decir, de nuestra vida hoy. Probablemente este miedo no sólo haya sido una nota negativa en la psiquis del existente humano, sino una fuente inagotable de potencialidades. El privilegio dado a la razón, lugarteniente de ese Dios que aún muerto sigue operando en nuestro mundo inmanente, tal vez sea fruto de esa carrera contra el tiempo, la cual tiene como punto de llegada la promesa infinita de inmortalidad.
Naranja y sin hojas – Andén 61
Una persona es un territorio. Soy un territorio, profundo y superficial, con tiempos y dudas. Partes livianas, bobas, risueñas; otras pensantes, reflexivas, aéreas. Soy muchas al mismo tiempo y ninguna de todas esas. Tengo inseguridades y miedos, como para dormir con la luz prendida toda la vida.
Cuerpo – Andén 60
El cuerpo es una verdadera fiesta. Lleno de ventanas, puertas y aristas que lo conectan con el afuera: ojos, boca, nariz, esfínteres. Los sonidos del cuerpo son de la naturaleza porque de allí venimos y hacia allí vamos: ciclos, días y noches, inspiración y exhalación, lleno y vacio, carga y descarga.
Proceso de (des)habitación corporal – Andén 60
Cuerpos fetichizados, bellezas irreales, miradas vacías, envases. El cuerpo hoy día funciona como parte del proceso de mercantilización y como una mercancía más. Sucede que para ofertarse en el mercado corporal hay que pasar por un proceso de producción un tanto doloroso: operaciones estéticas, dietas estrictas, gimnasios cuasi fábricas, dolores físicos o problemas en la alimentación como la bulimia o la anorexia.
Por otro lado, sucede que hay cuerpos a los que no les interesa cotizar ni someterse a estos maltratos para poder encajar en el estereotipo estético contemporáneo, pero aún así son cuerpos vacíos que se reducen a “poseerse” y ser “poseídos”.
Partiendo de esta afirmación trataré de rastrear cuáles fueron los procesos socio-históricos de la modernidad que llevaron a que hoy día miremos nuestro cuerpo solo como un envase que nos porta.
Caricaturas de género y cortes para borrarlas»: luces charrúas y cegetistas sobre algunos cuerpos – Andén 60
El siglo XXI encuentra a la Argentina pensándose a sí misma: trabajadores en busca del fifty-fifty, masas de jóvenes que no se parecen a lo que propone Cris Morena, ley de matrimonio igualitario, sociedad que se amplía… Básicamente, un Estado que interrumpe el flujo constante de capital.