Deuda e hipoteca libidinal

a sabemos bastante sobre el funcionamiento de la deuda a nivel macro. Entendemos cómo funciona a nivel global, como un dispositivo de captura. Las entidades financieras otorgan dinero a cambio de determinadas medidas o proyectos económicos que funcionan de garantía, pero en realidad son “contraprestaciones”. La deuda, como dispositivo financiero de captura, es un servicio. Importa menos el dinero que las condiciones. Por gigante que fuera una deuda, a largo plazo cualquiera sería pagable. El problema real está, como ya sabemos, en ese contrato que se firma con el diablo, donde las condiciones de negociación nos son siempre desfavorables. El

Deuda y existencia: el arte de vivir

ensar una suerte de novedad respecto de la deuda y del arte no dependerá de cada uno de los conceptos, sino de cierto modo de relación que se establece entre estos. Del primero, se distingue a priori un terreno de posibilidades: definir deuda parece menos engorroso que precisar a través de la significación un dictamen sobre el arte. Sin embargo, sugiero que el lector no se desentienda de los consensos sociales, si es que así pueden llamarse, a los que se ha arribado en un intento de amordazar sus cualidades en la sintaxis. Cierto estatuto de imposibilidad, dado en una

Esa te la debo

as cosas se vuelven transparentes cuando se despojan de su singularidad y se expresan completamente en la dimensión del precio. El dinero, que todo lo hace comparable, suprime cualquier rasgo de lo incomparable, cualquier singularidad de las cosas. La sociedad de la transparencia es un infierno de lo igual, afirma sin problemas Byum Chul Han. Pero el párrafo tiene una moralidad y una esperanza, del estilo “aún no”, aún hay cosas únicas, “todavía estamos tiempo” parecería decir. En el mismo tono, vamos a llamarle: critico-esperanzador, Marx dice que todo lo que no eres capaz de hacer, tu dinero puede hacerlo

Los mitos y el pensamiento popular – Andén 92

Las narraciones populares reúnen características que no pueden separarse de las circunstancias en que ocurren, y de la referencia a su contexto comunitario. De lo contario no serán comprendidas e interpretadas en su riqueza. Como sustento de esta afirmación opera la convicción de que la tradición es un proceso dinámico y en transformación continua operada por los sujetos culturales –en sus dimensiones subjetiva y colectiva -, lo que posibilita vincular pasado y presente, y adaptarse a los cambios del contexto social y cultural.

Mito y ciencia, borrador antropológico de una relación inconclusa – Andén 92

Si hay algo de lo cual parece haberse definido la ciencia (del latín scientia, conocimiento), al menos tal y como nos lo sugiere el sentido común, es el mito (del griego mythos, palabra o historia). Desde los albores de la constitución del pensamiento social, autores como Giambattista Vico o Auguste Comte, aun con sus divergencias, han coincidido en generar una interpretación de la historia de la humanidad, donde el escalón más bajo corresponde a una etapa dominada por el pensamiento mítico/religioso y la más elevada a la etapa en que el método científico y la razón sistemática desplazan al mito, a la religión y a la filosofía en la producción de saberes hegemónicos acerca de lo “real” y lo “verdadero”.

Mitos etílicos – Andén 92

La ingesta de bebidas alcohólicas y sus efectos no suelen resultar un misterio para la mayoría de la población adulta. En torno a este hábito, existen un grupo de pequeñas reglas o consejos que circulan de boca en boca desde tiempos inmemorables. Es posible que llamarlos mitos pueda resultar algo exagerado, sin embargo, las razones científicas detrás de estas conductas no suelen ser conocidas por aquellos que no dedican su vida al estudio de las ciencias de la salud.

Sonidos del antropoceno – Andén 91

Lo que impacta en estos dos haikus es el nivel de percepción que, aunque simples (¿qué puede haber de raro en percibir una camelia cayendo?), exigen una extremada refinación perceptiva. ¡Hay que aguzar el oído para oír la caída de la camelia y se requiere estar bastante despabilado para poder entender de qué se trata el silencio de las flores! Por otro lado, la experiencia de estos poetas del haiku viene de un tiempo y un espacio que hoy puede parecer extraña. Nos habla quizás de una experiencia frente a la cual, actualmente como habitantes de las modernas metrópolis, quedamos perplejos. ¿Pues en qué lugar hallaremos la camelia que cae y el silencio de las flores? ¿Y qué tiempo tendremos para sintonizar nuestro estar al que nos proponen los haiku?