Resulta para mí difícil explicar la sensación de sentir por primera vez que el país en el que estoy viviendo está en guerra. Una guerra lejana, pero guerra al fin.
Cuanto más autoridad y más poder nos concede la gente, más humildad debemos tener, más oídos abiertos, más tolerancia, más autocrítica. La revolución no sólo es acción, no sólo es batalla cotidiana, sino reflexión. Es importante detenerse en la vida y en la historia para evaluar el recorrido en el camino. Seguramente que no todo lo hacemos bien. Retroceder no siempre es ir hacia atrás sino hacia delante.
Se sabe que aquí en Brasil el ganador de la primera vuelta electoral siempre se impuso en el segundo turno. Ergo, Serra no debería ganar. Y respecto de la segunda, la matemática, dicen todas las encuestadoras, incluso las más mimosas con el candidato de la oposición, que la señora está cada vez más cerca de los 50 puntos, mientras que él apenas si arañó los 40.
Conseguir mayoría absoluta era el requisito indispensable para que Dilma Rousseff, candidata por el Partido de los Trabajadores (PT), asuma el 1º de enero del 2011 la presidencia de nuestro país vecino; quedando a un paso de convertirse allí en la primera presidente mujer. Sin embargo, el 46,90% alcanzado, obliga a que el próximo domingo 31 de octubre, el pueblo brasilero se enfrente ante la disyuntiva de elegir entre la candidata de Lula, y el representante del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), José Serra, que alcanzo un 32% de los votos, tal como preveían las encuestas.
Las elecciones celebradas en Gran Bretaña el último jueves 6 de mayo lanzaron un resultado que según los sondeos muchos estimaban; luego de 36 años, ninguno de los dos partidos tradicionales han logrado adquirir mayoría absoluta en el parlamento, conformando así lo que se conoce como hung parliament.
La política actual oscila entre lo verdadero y lo creíble. Lo verdadero, acaso aquello que la sociedad reclama a gritos; lo creíble, ese instrumento que sirve para salir del paso. El análisis de Hannah Arendt es una herramienta útil para intentar abarcar la complejidad que se erige como determinante: Más allá de una verdad o una mentira más, la manipulación de la realidad quita las posibilidades de comprensión y con ello de cambio.
Cuando todavía no se han acallado los ecos, voces y los discursos de la Cumbre de Cambio Climático de Copenhague (COP 15), el mundo sigue sin entender qué fue lo que pasó o cuáles fueron sus logros, si es que existieron.