La cultura como enmascaramiento y como síntoma. Sobre Guillermo Martínez y otras hierbas – Andén 42

uillermo Martínez (Bahía Blanca, 1962), Doctor en matemáticas, acaso por eso creador de un universo donde la cultura es un personaje desinencial, descrito elípticamente para no revelar su sustancia primera en las historias que cuenta. ¿Por qué? Porque sus personajes son seres atravesados por la alta cultura, hombres y mujeres de carrera, pensadores, integrantes de un círculo áulico del saber que han logrado una posición intelectual en el mundo de las ciencias y la filosofía para quienes la realidad, a pesar de los conocimientos adquiridos (o a causa de ellos) los increpa al punto tal de dejarlos al borde de

Políticas Culturales – Editorial 42

Llegamos, como siempre, a un nuevo ANDÉN. El tema que nos convoca es de una envergadura escasamente calificada, mas sin embargo, deberíamos llevarlo a flor de piel. Es que quienes andan por la vida intentando hacer de este pedazo de tierra un mundo mejor, muchas veces dan vueltas y revueltas acerca de dónde poner el foco, o dónde concentrar las fuerzas. Así sucede, por ejemplo, que muchos entienden la economía como lo determinante, y se avocan a una tarea de concientización sobre la explotación de los trabajadores; o tal vez se entienda que la economía sea lo condicionante, y se abra lugar a la política; o por ventura sea la política lo que determina y la movilización su convocante; mas tal vez lo sea la educación y allí va la tarea docente; sin embargo, la pregunta no deja de resonar en la cabeza de los convencidos: ¿es alguno de esos factores fundamental?, ¿existe algo así como una esencia que debamos captar?, ¿y acaso conviene, si es que tal esencia existe, copiarla de aquellos que se encuentran más avanzados, los llamados países desarrollados?, ¿o acaso debemos construirla, inventarla, crearla? Y más básico aún: ¿Puede esto inventarse, crearse o construirse?

5 discos 5 de Frac y con los pies en la palangana – Andén 42

¿Cultura? ¿Culturas? ¿Como sinónimo de civilización? ¿Como el punto más alto de la pretensión artística? Todo eso y más. Y nunca de un lugar sino del mundo. Cultura es Prokofiev y Pablo Lezcano. Cultura es el libro Oscuro como la tumba donde yace mi amigo de Malcom Lowry y El mendigo chupa pijas de Pablo Pérez. Los cuadros de Monet y las fotografías de Joe Peter Whitking. El locro y el caviart, La torá junto a un termotanque.

¿Patria grande o Colombia versus Venezuela?

Las relaciones bilaterales entre Colombia y Venezuela cuentan con una historia de desencuentros desde el año 2004 hasta la actualidad. Las presuntas conexiones del presidente Hugo Chávez con las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) en territorio venezolano, y los estrechos lazos del mandatario colombiano, Álvaro Uribe, con la casa blanca, han sido las principales razones que desembocaron en este conflicto.

Moderno, demasiado moderno: las políticas culturales y la experiencia de la hegemonía europea – Andén 42

Preguntarse por las políticas culturales es preguntarse también por los conceptos de Nación y Estado, todos originados en la modernidad. Las coincidencias no son arbitrarias y su evaluación nos ayudará a entender la relación que histórica y actualmente la vinculan con el accionar político, la constitución de la esencia de los pueblos, así como su utilización simbólica.

Edición limitada y convaleciente: Hitazos pum para arriba – Andén 42

Ayer mismo, mientras trabajábamos en una clase de piano, la primera de las Gymnopédies de Erik Satie, traté inocentemente de entusiasmar a mi alumno diciéndole que esta piecita es buenísima para levantar alguna minita. “Tocate una que sepamos todos” le van a decir en alguna velada festiva con piano incluido; y él, impávido, va a conquistar una damisela interpretando esta preciosa obra. Recordé entonces, que cuando tenía algunos años menos de los que tengo ahora, tocaba a cuatro manos la Danza húngara Nº 5 de Brahms con otro pianista -que en aquella época se ganaba el pan tocando música funcional al piano en un resto-bar-teatro muy cool del barrio de Almagro/Palermo/Recoleta-; recordé además, que cada vez que tenía ganas de recibir unos aplausos sin demasiado esfuerzo, me apersonaba en el citado bar de la calle Mario Bravo para enardecer a las masas con este hitazo de la música clásica.

Sueños de la Patria Grande

Anoche tuve un sueño: golpearon a mi puerta; no lo podía creer; era Simón Rodríguez, el maestro de Bolívar. Me dijo: –Afuera llueve y hace mucho frío. Y yo le respondí: –Claro, pasa o pase– no lo recuerdo bien. Usaba un traje raído, un lazo en el cuello y sus anteojos sobre la frente (cuenta la leyenda que cuando Don Simón no leía o escribía solía usar sus anteojos en la frente). Estaba preocupado porque en la Ciudad de Buenos Aires había encontrado muchas familias durmiendo en la calle. –Y pensar que yo quería incluir y formar en las Escuelas de la Patria a los cholitas y las cholitas que ruedan en la calle– me dijo –En los niños pobres está la Patria.