Deuda

Deuda”, del latín debita (siempre plural), plural del neutro debitum. ¿Cuándo comenzó a hablar el latín?, ¿viniendo de qué / en qué lengua?, ¿qué lenguas hablan en él y en las lenguas romances y “occidentales”? Deuda compone y dice en su raíz de-habere: des-tener, des-haber, es la corrosión del tener, su roimiento, su ruina, su desobra, el reverso de lo que hay, el gesto en vacío del dar, ese hueco que es imposible de tomar, de asir, de capturar, ese hueco que abre todo recibir, sin intercambio alguno, todo él deshecho y nunca, sin embargo, desechado. “Estar en deuda” es

El acarreo del yo

ste artículo trata de economía tan tangencialmente como los conocimientos prácticos del autor en la materia lo permiten. Llegaremos ahí, como se llega a todo lo desconocido; circundando el área de la deuda a través de una práctica que se nos presenta des-economizadas en un principio y nos ha llamado la atención en el último tiempo: el correr en tanto deporte. La gente en Internet encuentra, en estos días de claustro, tópicos de conversación en cualquier acontecimiento, por sutil que sea, con mayor facilidad e intensidad que de costumbre. El viernes diez de abril, entre tanto para pensar y comentar

El territorio comunal, gran deuda normativa e impunidad del Estado

no de los más grandes avances en el Derecho Internacional de los Derechos Humanos ha sido el reconocimiento de Derechos Humanos con naturaleza colectiva, como los Derechos de los Pueblos Indígenas[1]. Desde el Sistema de Naciones Unidas, como también en el ámbito interamericano en las últimas décadas, se han consagrado también, sobre todo en los países de América Latina, derechos específicos a nivel constitucional. En lo que respecta al estado argentino, la Constitución Nacional, por un lado,  incorpora varios instrumentos internacionales de Derechos Humanos con jerarquía constitucional, pero por otro, un cambio de paradigma hacia un estado Pluricultural (Art. 75

Deuda externa. La estafa que parece interminable – Diálogo con Alejandro Olmos Gaona

i se trata de dejar al descubierto el enorme robo que significa la deuda externa, Alejandro Olmos Gaona es un referente indudable. Es historiador, docente e investigador. Fue asesor del gobierno ecuatoriano auditando su deuda externa durante la presidencia de Rafael Correa. Es autor de La deuda odiosa, una doctrina jurídica para la solución política (2005). Es reconocido internacionalmente como especialista en el tema. Tomó la posta de la lucha de su padre, Alejandro Olmos, figura fundamental en la historización y análisis de lo que se denominó deuda ilegítima. En este diálogo, comparte con Andén un muy jugoso recorrido cronológico.

El país más endeudado del mundo. Un review de la economía japonesa

l último libro que publicó en vida el reconocido escritor Ihara Saikaku (1642-1693) fue Seken mune san’yo o “Estimaciones Mundanas” (1692), una compilación de cuentos que ocurren en el último día del año fiscal, día en que los deudores del Japón del siglo XVII debían devolver los préstamos que habían tomado en los meses anteriores. A diferencia de sus ukiyo-zōshi o “libros del mundo flotante” anteriores, en los cuales Saikaku describe la naciente clase citadina y sus modos de hacer y disfrutar del dinero, en aquel último libro, se concentró en los morosos, en los perdedores, en los “olvidados por el

Deuda y existencia: el arte de vivir

ensar una suerte de novedad respecto de la deuda y del arte no dependerá de cada uno de los conceptos, sino de cierto modo de relación que se establece entre estos. Del primero, se distingue a priori un terreno de posibilidades: definir deuda parece menos engorroso que precisar a través de la significación un dictamen sobre el arte. Sin embargo, sugiero que el lector no se desentienda de los consensos sociales, si es que así pueden llamarse, a los que se ha arribado en un intento de amordazar sus cualidades en la sintaxis. Cierto estatuto de imposibilidad, dado en una