Tsunami de chanes – Andén 81

Uno de los aspectos más brutales con los que representamos al agua es la furia de los mares. Desde tiempos inmemoriales todas las culturas que viven a su vera agradecen sus dones, pero también le temen. Nada de eso ha cambiado en absoluto. En épocas de bits, átomos y biotecnología, aún resuena ese miedo que se dispara en ocasiones hacia los símbolos más impensados.

Erótica tentacular – Andén 80

Alegorías, metáforas, eufemismos: no pertenecen sólo al lenguaje verbal. También al visual, que también es narrativo. Y las alegorías también son parte de la representación pictórica sexual a lo largo de la historia. En esta nota, Matías Chiappe Ippolito indaga las raíces pornográficas de una de las naciones con mayor industria porno del mundo: Japón. Y en esa tradición encuentra nada menos que pulpos. Quizás alegorías, metáforas o eufemismos. O quizás no. ¿Acaso nunca la flasheaste raro?

Es la nación, carajo – Andén 78

Cuando le digo a la gente que estudio cultura japonesa, casi siempre, me suelen mirar raro; algunos se ríen, otros –más diplomáticos– asienten y agregan: “Pero qué interesante”. También están aquellos que se permiten afirmar que alguna vez vieron Mazinger Z, o que escucharon unas flautas japonesas en la película tal, o que saben que un samurái era una persona noble y desinteresada. Hay personas que tienen hijos que hacen karate o judo, y hasta habrá algún demente que sabe que la dieta japonesa no se reduce al arroz. También están los que hablan del trabajo, de la disciplina, de cosas así. Pero yo sé que en realidad lo que la mayoría de ellos piensa es: “Y este, ¿de qué carajo me está hablando?”

Galaxy Express 999 o el tren como autoconocimiento – Andén 78

Hay formas diversas de entender qué es un tren y qué lo vuelve un elemento distintivo en la experiencia humana. Una de ellas puede ser el abordaje que otras culturas hacen desde su imaginario y los medios que utilizan para representarlo. Esta clave interpretativa posibilita el uso de la animación japonesa como un ejemplo de concepciones y poéticas posibles. Es allí donde el universo creado por el fundamental Leiji Matsumoto despliega toda su fuerza: en una narración en la que un tren intergaláctico sirve como disparador tanto de las historias de un niño que busca perder su humanidad como de las historias de la misteriosa mujer que lo acompaña.