5 discos 5 de gente muy bien drogada – Andén 23

¿Qué decir de las drogas que no sea mojigato o apologético? ¿Las ponemos todas en una misma bolsa y las arrojamos a la pira de libros ardientes de un Munich de bigotín muy PRO o nos dedicamos a los viajes lisérgicos y astrales de los hippies zaparrastrosos de los años ´60? Ni una ni otra opción. La idea es hacer un uso responsable, si se quiere, inspirador. ¡Pero guarda! Muchos artistas de los buenos han creado bajo su influjo y muchos adictos profesionales y de ocasión no han podido crear ni una pelotita con la pelusa de su ombligo. Las drogas, siempre me ha gustado repetirlo, como el dinero, como el poder, no nos cambian, resaltan lo que realmente somos, disparan nuestras potencialidades las buenas y las que no lo son tanto.

Perfumes – Andén 23

La ciencia no debería dedicarse a curarnos de las drogas, sino a crear drogas que nos haga bien ya que El mundo no colabora para que la gente deje de drogarse, el orden cósmico invita a cualquier cosa menos a la vida sin aditamentos. “la adicción a las drogas legales o ilegales siempre delata un dolor. Un dolor por lo que encubre, por lo que disfraza o disimula, uno que nos corroe a todos: la vida cuesta” escribió Sandra ruso en página/12 hace unos años. El que se droga por diversión o necesidad necesita algo que la vida así, como está, no le da. Le pasa lo mismo al evangelista fanático, al militar convencido de su reserva moral, al trotamundos incansable, al adicto al porno, al infante que se chupa el dedo frenéticamente. La vida cuesta y no regala nada. Nos exige buscarnos nuestro propio salvavidas. El problema es que no siempre conseguimos diferenciar un tronco flotante de un adoquín.

Drogas – Editorial – Andén 23

Bajamos en una nueva estación. Abordamos un nuevo Andén. Y las discusiones -qué discusiones- son cada vez más. La edición del diario comienza. Y las discusiones, nuevamente. Cantos, coros, silbidos, gritos. Todo forma parte de los argumentos. Y en la redacción se abordan las notas, qué sale, qué no. Y discutimos, hasta uno arriesga “lo que cada uno escribe muestra bien claro de dónde viene”, y otro replica “estoy orgulloso de haberte censurado la parte en que decías: por suerte todos en mi familia fuman porro”. Y las notas vienen y las notas van… Y mirá si este pibe es grosso porque escribió una nota en la que ya el título tiene dos palabras empiezan con “h”.