El derecho a compartir. Apuntes sobre Cultura Libre – Andén 87
Copiamos desde que nacemos, copiamos ideas, copiamos creencias, copiamos para aprender y para crear cosas nuevas. Copiamos y compartimos, la copia nos enriquece a nosotros y a quien nos copia. Copiamos porque somos parte de una sociedad que crea cosas que nosotros no podemos, y nosotros creamos cosas que otros no pueden. Porque copiar no significa robar, significa crecer, si lo pensamos en términos de cultura y conocimiento, nadie debería perder, si un conocimiento o una creación se comparte, se copia y llega a más personas.
El zoo no educa – Andén 87
Existe mucho debate acerca de qué es la educación y cómo debería ser. No podemos llamar educación a cualquier cosa ni catalogar cualquier adquisición de conocimiento como algo educativo. Hay conocimientos, experiencias e ideas que transmiten valores negativos o indeseables a nuestro entender actual, basado en la moralidad, que al ser dinámica y cambiante, exige que la educación sea acorde a lo más puro que tenemos, lo más noble y lo más razonable.
No hay peor ciego que al que no dejan leer. De bibliotecas virtuales y derechos – Andén 87
Para muchos, la cultura occidental es principalmente escrita, lo que genera que las personas con discapacidad visual tengan el acceso a la cultura lejos de la panacea y mucho más cerca de la puja por los derechos.
La Usina de la Memoria. El grupo que hizo famoso un barrio – Andén 87
El barrio “Catalinas Sur” se comenzó a construir después del derrocamiento de Frondizi y se inauguró antes del golpe que derrocó a Illia. Tiene más de dos millares de viviendas, distribuidas entre edificios y casas bajas, es pródigo en pasajes peatonales y jardines, posee una parroquia y una escuela pública ─la N° 8 del D. E. 4.º─ que lleva el nombre del que fuera su benefactor: el empresario Carlos Della Pena.
Espectros nacionales: Soriano y Asís, escritores – Andén 87
Revisar el panteón de las consagraciones exige volver a leer con ojo crítico aquellas obras que nos conmovieron, muchas veces, a la luz del tiempo, los estilos, los contectos y también, inevitablemente, sus autores.
El secuestro de la experiencia – Andén 87
Pocos inventos han definido tanto nuestra época cultural como la aparición de los televisores. Su avance implacable, desde ocupar el lugar central de nuestros hogares (un living, un comedor) a ocupar un espacio en todos los lugares de nuestros hogares y vidas (habitaciones, patios, baños, y una lista interminable de etc.), ha sido vertiginoso e incuestionable y no hay hoy prácticamente un espacio, un momento o una situación que no puedan ser imaginados con la presencia permanente e impasible de un televisor encendido.
Un incendio simbólico alrededor de la Bibliotheca Alexandrina – Andén 87
El saber no puede ser aislado de las luchas propias de su contexto. ¿Qué sucede cuando un proyecto milenario retorna a nuestro siglo y se ve inmerso en sus coyunturas políticas? ¿Se puede costear una infraestructura que asegure un saber neutral, “apolítico”, con la ayuda de nuevas tecnologías?
El síndrome de Stendhal – Andén 87
Es la reacción psicosomática de una persona que resulta expuesta a cantidades inconmensurables de belleza, sobre todo en museos o galerías de arte. Lleva este nombre en honor al reconocido autor francés, quien habría padecido por primer vez el síndrome cuando viajó a Florencia en 1817 y estuvo cara a cara con un Botticelli. No existe aún tratamiento o terapia alguna. Síntomas: taquicardia, depresión, vértigo, desmayos, aturdimiento, alucinaciones. Causas: estrés, traumas infantiles, desequilibrio hormonal, represión de recuerdos.
Vivir sin los padres, dilema del metal criollo – Andén 87
Recientemente vi El ciudadano ilustre, filme de Duprat y Cohn que retrata tan bien (quizás, sin quererlo) la mutación cultural de un artista. En la película, Daniel Mantovani (con algunos guiños hacia Aira, sin duda alguna) es un escritor argentino que gana el premio Nobel. Hastiado de su vida burguesa en Barcelona, decide salir de ese estado post mortem y aceptar la invitación que le hace la municipalidad de su pueblo Salas, en Buenos Aires, para condecorarlo con la medalla de “ciudadano ilustre”.
Entre tu arte y mi arte – Andén 87
Y Catinga en su juventud decide ser artista pero le chinga de ciudad y en lugar de serlo en Florencia lo es en el conurbano. Entonces para no quedarse a medio camino entre la gloria universal y la nada misma dibuja en el pupitre del colegio, en el respaldo del asiento de colectivos inmundos y en fanzines punks de bandas reventadas que ya no tocan porque el cantante se les murió. De ahí su fama de artista maldito y antihéroe, de su vocación por exponer en galerías tan medio pelo como esta revista.