A pesar de estar atravesando un nuevo paradigma socioeducativo, el sistema sigue siendo expulsivo con los niños y las niñas, con un doble estigma: la discapacidad.
En mi día 15 de aislamiento por la pandemia mundial que nos asusta y preocupa, pienso que −con suerte− voy por la mitad de tiempo estimado; algunos días son más fáciles que otros, encontrarme sola, en casa y encerrada son tres cosas que en mi vida cotidiana no suceden. Pienso muchas cosas, me reviso y cuestiono, a veces me pongo bastante oscura y, cuando eso pasa, sigo con el libro que tengo empezado, miro algún capítulo de una serie o me pongo a cocinar algo, cocinar hace bien para despejar la mente.
Si no sos parte de la pequeña porción de la población argentina que se dedica a la investigación científica o no tenés a alguien cercano en el rubro, es muy probable que no conozcas cómo funciona el intrincado sistema científico ni las condiciones de trabajo de quienes lo conforman. Tal vez, lo único que te llega de los científicos son notas que destacan sus logros o, en contraposición, los tratan de vagos, ñoquis o trabajadores de lo inútil.
El primer préstamo económico que percibió una administración de nuestro pueblo fue el que le otorgó Inglaterra a Martín Rodríguez, quien era gobernador de la Provincia de Buenos Aires en agosto de 1822. Esta deuda, obtenida en nombre de una de las provincias unidas del Río de la Plata, fue nacionalizada por el gobierno centralista de Bartolomé Mitre, es decir, que aquel préstamo que tenía como objetivo mejorar las condiciones del circuito productivo de la Aduana de Buenos Aires, tiempo después, fue la deuda de todas las provincias que conformaron el primer gobierno constitucional de Argentina, un gobierno centralista subyugado a la carroña de viejos imperios que vieron el oportunismo en nuestra reciente liberación del reino español.
Este artículo trata de economía tan tangencialmente como los conocimientos prácticos del autor en la materia lo permiten. Llegaremos ahí, como se llega a todo lo desconocido; circundando el área de la deuda a través de una práctica que se nos presenta des-economizadas en un principio y nos ha llamado la atención en el último tiempo: el correr en tanto deporte.
El grado de exigencia social al que estamos supeditadas las mujeres nos pone muy en contacto con la idea de deuda. Que por supuesto no es solo eso, sino además un transitar operativamente la vida con culpa. Entre la sensación de estar incompleta y el rótulo de conformista no hay escalas. Para la triada patriarcal, capitalista y colonialista, siempre pudimos haber sido mejores, pero nos quedamos a medio camino. A la que no le falta, le está sobrando, y la que tiene (para la exigencia del canon) lo justo y necesario llegó pasada de hora o antes de que se lo estuvieran solicitando.
La educación superior universitaria está interpelada por múltiples demandas de una sociedad que se asume cada vez más diversa. En ese contexto, el ingreso de alumnos indígenas, y su proceso de visibilización, en la Universidad Nacional de Salta permiten reconocer los límites de una institución atada a formas decimonónicas. Estos actores requieren la reconversión de un sistema dispuesto que no los contempla. La experiencia de tutorías con pueblos indígenas en Salta avisó transformaciones necesarias.
Acompañada de la recesión económica nos chocamos con una crisis sanitaria mundial, este contexto adverso invita a cuestionar las prácticas que cimientan nuestra cultura y relación con la naturaleza, y a frenarlas.
Uno de los más grandes avances en el Derecho Internacional de los Derechos Humanos ha sido el reconocimiento de Derechos Humanos con naturaleza colectiva, como los Derechos de los Pueblos Indígenas . Desde el Sistema de Naciones Unidas, como también en el ámbito interamericano en las últimas décadas, se han consagrado también, sobre todo en los países de América Latina, derechos específicos a nivel constitucional.
El coronavirus nos enfrenta a los grandes debates societales y nos brinda una oportuna y muy lamentable ocasión para poner en evidencia algunos de los importantes retos que la educación presenta. En esta nota me propongo dialogar con aquellos debates desde una mirada educativa y, más específicamente, centrada en el debate acerca de las deudas educativas y sus bemoles en el contexto regional.