La gran barcaza que cruza el río Acheronte – Andén 61
Una gran barcaza que llevó en todas sus idas a grandes personajes de la vida política argentina. Aquí hacemos un recuento de las formas que hay para el tratamiento de los cuerpos una vez inertes, para concluir con la más desgarradora de las verdades. Mi madre estaba sentada al borde de la cama, me había despertado intempestivamente con lágrimas en los ojos, pidiéndome que jure no volver a tirar petardos o fuegos artificiales en las fiestas. Yo tenía 12 años como mucho. La verdad es que no entendía de qué estaba hablando, el porqué de su estado y su llanto. Luego me explicó todo. El pobre Tomi, alterado por el ruido, había saltado la medianera y lamentablemente estaba atado. Mi madre había encontrado muerto a mi perro de toda la vida.
Respetar la vida, la muerte – Andén 61
Con la caída del mundo medieval el sujeto moderno se enfrentó a la difícil tarea de mirar a la muerte a los ojos sin mediaciones divinas. Perdida la garantía que brindaba un más allá en el que depositar todas nuestras esperanzas, la finitud del hombre se mostró en toda su precariedad. De aquí que el temor ante la muerte sea el signo distintivo de la vida moderna, es decir, de nuestra vida hoy. Probablemente este miedo no sólo haya sido una nota negativa en la psiquis del existente humano, sino una fuente inagotable de potencialidades. El privilegio dado a la razón, lugarteniente de ese Dios que aún muerto sigue operando en nuestro mundo inmanente, tal vez sea fruto de esa carrera contra el tiempo, la cual tiene como punto de llegada la promesa infinita de inmortalidad.
El día menos pensado – Andén 61
Estoy concluyendo la lectura de El Evangelio según Jesucristo, de Saramago, y me aterra. Reitera constantemente que desde que nacemos estamos condenados a morir, y el saberlo nos condiciona por completo, conciente o subconscientemente. Asimila la religión a la destrucción, las guerras sin fin, y la muerte precedida de torturas encarnizadas. Me confirmó esa interpretación el escuchar la crítica de su nuevo libro, Caín.
La Muerte según Darío Fo – Andén 61
La muerte, inexorable destino de todo ser viviente. Fantasma ineludible. Uno de esos dos grandes momentos de la vida que acontece solo una vez… y para siempre. Tal vez sea ello lo más temido, lo más doloroso frente a la propia muerte o la de nuestros afectos: su carácter absolutamente definitivo, irrevocable. “La locura no le teme a la muerte” dice justamente El Loco, uno de los personajes de Misterio Bufo de Darío Fo al encontrarse sorpresivamente con la pálida dama; participemos de este exquisito encuentro entre el Loco y la Muerte.
5 discos 5 ¿Oscuritos? Como la tumba en la que yace mi amigo – Andén 61
Borges dice en un poema que “morir es una costumbre que suele tener la gente”. Y bueno, no queda más que creerle, pues gracias a eso quienes nos anteceden en el camino de la vida nos dejan por herencia casas, autos y también deudas ajenas que saldar. No obstante, más allá del dolor, la angustia y la sensación de soledad a la que realmente nos enfrenta, la muerte es la puerta a un territorio ignorado sobre el que nada podemos decir sin incurrir en las más delirantes elucubraciones. Que un campo con cuarenta vírgenes, que largos salones de bebida y batalla, que infiernos donde nos aguardan Jim Morrison y Kurt Cobain: una larga enumeración que va desde Dante, pasa por Swedenbort y termina en Gainman.