Amigos de Andén: qué creativos para las temáticas. ¡Hablar de Mapas! Es un tema donde uno dice: “¿qué elijo?” En lugar de: “¿qué se me puede ocurrir?”
Maravilloso tema que me lleva al de las fronteras: Las personales, las comunitarias, las que aceptamos inconscientemente y las conscientes, las que valoramos como positivas o necesarias y las que necesitamos y/o queremos vencer; las que se generan por falta de creatividad o voluntad, o por miedos; las que nos ponemos y las que nos imponen; las que nos marcan traumáticamente y las otras; las que nos transmiten a través de la educación familiar o de la institucional, de los MCS, de la sociedad de consumo, de los seres que nos rodean; las que creamos nosotros mismos; Las que surgen de nuestra forma de entender o no la vida y la muerte, y de ser coherentes con esa comprensión; las de las leyes, las que consideramos justas y las injustas.
Fronteras del país, las verdaderas, las que realmente nos limitan, no con Uruguay, Brasil, Paraguay, Bolivia o Chile, sino esas fronteras mentales o espirituales que llevan a muchos a sentir la necesidad de pedir permiso a las llamadas naciones del primer mundo, sobre todo a Gran Bretaña y EEUU, que han sido el polo magnético para muchos ciudadanos argentinos, muchos de ellos lamentando haber nacido en estas tierras y no directamente allá, como habrían merecido (en eso coincido, lo habrían merecido). Esas que Jauretche plantea como zonceras, con “civilización y barbarie” como madre de todas y que se han visto presentes en estos días de la re-estatización de parte de YPF (ojo, aún YPF S.A. ¡qué temazo! Me pongo una frontera para este artículo). El “riesgo país” y la “seguridad jurídica” serían otras fronteras, hijas de las mencionadas.
Otras fronteras, las que han sufrido el arte y la ciencia. Expansiones que luego limitan. Límites necesarios del consumo responsable, para la sustentabilidad, para el cuidado de la salud física, mental y espiritual. Los imperialismos que se expanden pasando por encima de los demás, las conquistas.
Límites que hacen que una escuela esté muerta, que sea una simple reproductora del falso orden, que provoca comportamientos por el miedo y no por el crecimiento personal. O también por escuelas muertas por falta de límites que también llevan a la falta de libertad y al autoritarismo del que no respeta al otro, y lleva, por ende, a la limitación verdadera.
Libertad que prefiero verla unida a la libertad del otro y no como si terminara donde empieza la del otro. Libertad que no puede ser a costa de la del otro.
Vivimos en un universo que está en expansión, ¿chocaremos con otro universo?
Confío en la evolución, que no es lo mismo que la expansión ni que el progreso económico. Idea de trascendencia que a veces me desespera, porque quiero dejar lo mejor que pueda de mí en esta etapa. Porque como dice León Gieco en “El desembarco”: “no pretendemos ver el cambio, solo haber dejado algo sobre el camino andado que pasó”.
Sobre mi artículo anterior
Ya que hablamos de límites necesarios, el papel y el tiempo limitados provocaron lo que voy a contarles, y es bueno contarlo alguna vez, son entretelones importantes para tener en cuenta a la hora de entender mejor todo este trabajo que hace a un periódico, en particular a Andén.
En un gran esfuerzo, contra reloj, el equipo de redacción me ayudó a cumplir con el límite de cantidad de palabras necesario, reduciendo mi artículo del número 67, de 3042 palabras sin contar títulos, a 2462, para que pudiera publicarse.
Esto provoca algunas necesarias aclaraciones, que intentaré seleccionar para no irme de nuevo de las fronteras también necesarias, las que podemos trasponer como lectores, como seres pensantes. Por eso la idea de escribir es estimular en todos -me incluyo- el pensamiento, la creatividad, la voluntad…
En el artículo original, haciendo referencia a la autonomía digo ¨ Si sólo reproducimos los cómo, se generan “comodependientes” que esperan al especialista que les transmita ese “cómo”.
Buena parte del artículo describe, en forma crítica, un informe sobre minería realizado por TVR. Me parece que las principales citas del artículo original que debo hacer son:
Luciano Galende aclarando que está en “desacuerdo con una brutal represión” (menos mal…).
Al comentar que pasan parte de Plan M del 15/02/12 digo “donde en realidad estuvieron Carina Díaz Moreno y Marcela Crabbe, contando la lucha del pueblo riojano en contra de la minería a cielo abierto en Famatina, La Rioja, pero sólo pasan una parte de otro reportaje”.
Luego se hace referencia al caso de Alejandra Fernández Reales, protagonista del documental Oro impuro de Pino Solanas. El cineasta es uno de los denunciantes de que Alejandra falleció a causa de la contaminación. Entonces, Intercalan a Pino con declaraciones de Amando Domínguez, el minero que habló con Cristina en Olavarría, con el subtítulo: “la minería no contamina el agua en Argentina”. Héctor Laplace, Sec. Gral. de AOMA Olavarría, en C5N con Longobardi, diciendo que la familia tuvo que salir a desmentir aclarando que era “una enfermedad propia de la familia” (las letritas de C5N decían “Todo esto que pasa está absolutamente preparado”, posiblemente alguno de los entrevistados lo dijo).
Pasan también el audio de FM La Perla de Andalgalá y un tío de Alejandra diciendo que ella sufría la enfermedad de Addison (acá bien escrito, no así en el informe) desde que nació en 1996, un año antes de que se empezara a explotar la mina. ¿Cuántas personas tratarán de ver quién dice la verdad?
Corpacci diciendo por C5N que le preocupa la desinformación generada por algunos medios de comunicación, que le preocupa que hablen de camiones que llevan muerte, y que se hubieran tomado el trabajo de “venir a la Dirección Provincial de Gestión Ambiental a ver el informe de impacto ambiental” (¿hecho por quién?, ¿controlado por…?), “porque de esa manera sabrían que minera La Alumbrera no utiliza cianuro”.
Julian Rooney, vicepresidente de La Alumbrera, por TN (acá no miente), asegurando que no usan cianuro y dando como fuente “la publicación que hemos hecho recientemente” (¡por ellos mismos!) donde -y aquí reaparece el cartelito de TVR reafirmando lo que dice quien habla- se verifica que no utilizamos cianuro”.
Jorge Atilio Boggio, proveedor minero, primero reporteando, grabador en mano, a Bazán preguntándole sobre el basamento científico de su denuncia y luego reporteado, con un grupo pequeño de fondo que hace hinchada (viene a ser “el pueblo”, ¡la única vez en todo el informe que aparece alguien perteneciente a un grupo manifestante!), acusa a Clarín de “extorsionar a la multinacional para que les pague propaganda en el medio” (¿propaganda de la mina? ¿Cuánta puede ser?); y sigue: “por el problema que tienen con el gobierno nacional nos vienen a cagar la economía nuestra” (grupito atrás aplaude… Sería el pueblo arruinado por los medios al estilo de “los argentinos somos derechos y humanos” o de algunas de las manifestaciones contra la 125).
En el tema Bazán, Cabito con un triste argumento: “Donde hay kilombo está Bazán”. ¿Y? Eso suena a “los zurdos siempre haciendo kilombo”… Y pasan, de un programa del 2006 donde invitan a Bazán por la presentación de su libro Crónica de un cronista, donde le dicen esa misma frase sobre “donde hay quilombo…” y, chiste a continuación, le dicen “yo creo que los armás vos” (cartelitos TVR reafirmando). Así terminan haciendo de un chiste una prueba, o de denuncias no verificadas, pruebas. o de un furcio una mentira como cuando Bazán dice en su informe sobre dengue en Chaco: “nos confirma la esposa que tampoco tenía dengue, repelente” (bueno, como aquel de dromi…¿por dónde es que anda ahora? ) donde TVR también muestra las críticas de quienes declaraban a Bazán persona no grata, pero digamos que el tema les traía perjuicio económico, fuera o no verdad.
Al referirme al comentario de Víctor H Morales sobre ¿a quién creerle? Digo: ¨Podría haber buscado otro argumento, porque este de que los gobernantes no mienten…¨ (¿hace falta citar ejemplos?). Y luego sigo “el tema es que quieren encerrarte entre dos opciones cuando, para mí, no puedo creerles a ninguno de los dos”.
Bueno, paro acá. Conclusión: si el tema es ganarle a otro, no hay vuelta, perdemos todos porque nos alejamos de la verdad y así nos ponemos fronteras!■