“Me gusta más la roja”, “La negra es más fuerte”, “Hay varias rubias”… Son las típicas frases que uno suele escuchar al pie de la barra de cualquier bar cervecero de Buenos Aires y, por qué no, del mundo. La elección muchas veces está definida por su color, que hace a la bebida en cuestión más atractiva y apetecible o menos, a pesar de que es tan solo una de las tantas características de esta gloriosa bebida.