El agua potable es un alimento vital, necesario para casi cualquier proceso encarado por el ser humano. Su disponibilidad signa el desarrollo, la economía, la supervivencia de una comunidad. Y, mientras que en muchos países es la diferencia entre la vida y la muerte, en otros la usamos para baldear la vereda.
El agua que mata. Vecinos autoconvocados de Catán y la lucha ambiental cotidiana – Andén 81
Hay lugares donde la contaminación no es un artículo en el diario del domingo. Territorios extensos cuyos habitantes campean las consecuencias de vivir donde otros abandonan su basura, donde las empresas hacen sus negocios sin que les importe las consecuencias. González Catán –una de las barriadas más pobres del conurbano bonaerense– es uno de ellos. Hartos, enfermos, en duelo por las ausencias que la desidia del Estado generó, sus Vecinos Autoconvocados narran sus padecimientos, sus luchas, pero también sus esperanzas.
Claro…¿como el agua? – Andén 81
El acceso a ella es un problema tanto a nivel nacional como internacional. Es tema de debate entre estados y organizaciones. Ella es generadora de una burocracia farsante. Privatizaciones de dudosa viabilidad social la tienen por objeto. Su gestión produce lucro irresponsable y desmedido. Sirve como termostato de la contaminación urbana y rural. En algunas zonas se la encuentra mezclada con arsénico a niveles alarmantes. Sí, estamos hablando del agua.