No hay dictaduras sin sociedades que las sostengan. Porque las dictaduras son hijas del miedo. De pronto, muchas personas consideran que la restricción o la pérdida de una serie de derechos es un mal menor en pos de un bien mayor y en un abrir y cerrar de ojos se encarcela a los opositores y pasan cuarenta años. Y todo lo bueno que pueda surgir en ese tiempo se va derechito hacia la cloaca ¿Por qué? Porque no se puede aprender a ser libre con el retrato del mismo tipo junto al pizarrón durante mucho tiempo. ¿Hay dictaduras buenas y dictaduras malas? ¿Hay dictaduras democráticas y dictaduras que no lo son? ¿Basta con que haya elecciones para que no podamos hablar de una? Hay muchas preguntas y sospechas sobre la gente que se atornilla a su sillón y se queda remontando el barrilete del poder.