Como otros tantos argentinos y latinoamericanos, llegué a París siguiendo las huellas de La Maga y Oliveira, del Club de la Serpiente, de los puentes del Sena de noche, saltando de la tierra para llegar al cielo. Buscando esa ciudad mítica que de noche se hace mágica entre largas charlas que mezclan el francés y el español y confunden nostalgia con patria.
El cielo que Cortázar no Imaginó y Fukuyama menos – Andén 38
La historia ha jugado malas pasadas a quienes se aventuraron en pensar cómo sería el futuro. Desde Fukuyama hasta Macri y Carrió, la futurología no ha logrado instalarse como una mirada social o científicamente atendible. La posibilidad abierta de un futuro diferente y auténtico, deja de ser una sospecha y se convierte en un camino a recorrer.