Marca de época, la palabra devaluada. La hiperinflación de mensajes circulantes pareciera acumular significados hasta volver una pregunta sin respuesta posible qué se dice cuando se dice el significante. Como una maldición, Humpty Dumpty salta de este lado del espejo y se multiplica. Pulula. Lo adivino detrás de ellos. Se me hace ahí cuando impostan su voz imitando a gurúes berretas de la motivación. Cuando invitan con sonrisas diáfanas y colores claros a la tolerancia y el respeto mientras debajo de la mesa desatan el bozal del perro rabioso, que babea y se relame porque olfatea sangre. Una frase que ya no tiene, porque es de las paredes y las banderas y la calle, dice que eso es mentir y que mentir es violencia.