No hay nada de nuevo en el bicentenario de la Argentina, el día 26 será igual al 25, los problemas nacionales, acuciantes muchos de ellos, estarán allí, aguardándonos, entre el barro y el hambre, entre la corrupción y la hipocresía política. De nada sirve olvidarlo porque entre los festejos y los juegos de artificio habrá millones que no lo harán.