«Es en serio” podría decirse, “no es en joda” diríamos los porteños.
El Uruguay camina hacia el socialismo democrático sin ningún tipo de prurito, lo he visto, estuve ahí, estuvimos ahí justificando nuestro desconsuelo ante la falta de compromiso, solidaridad y formación de los militantes y de la política argentina en general. No es exagerado, es la triste realidad.