Una de las mayores críticas que se le hace a la Astrología es su hipótesis de la influencia planetaria, el criterio cuasi mágico de que los astros determinan nuestras acciones. Entrados en el siglo XXI esta premisa suena, sino falsa, poco probable. Sin embargo, la Astrología despierta cada vez más interés. El crecimiento de estudiantes de este saber en la ciudad de Buenos Aires se ha quintuplicado en algo más de diez años. Los nuevos astrólogos, lejos de la imagen de la pitonisa con su bola de cristal, son psicólogos, antropólogos y artistas.