Ni la democracia es del pueblo, ni el pueblo es la democracia (Y Perón, Alfonsín y Chávez, están equivocados) – Andén 70

«La Mnemosine de la historia no dispensa su gloria a los ingratos”, esta es la famosa sentencia con la cual Hegel pretendía borrar buena parte del mundo geográfico y de la historia mundial cuando configuró su “Historia Universal”, en las Lecciones sobre filosofía de la Historia Universal. Pero Hegel se equivocó, y la historia conservó y transmitió no sólo todo aquello que Hegel quería borrar, la historia de América, Asia y África, sino también una variada lista de geniales como irrisorias e ingratas sentencias que han sido repetidas y re significadas hasta los días de hoy, constituyendo de manera esencial los distintos sentidos e imaginarios históricos de nuestra sociedad.

Preguntas de ayer para comprender el hoy – Andén 69

De las pocas cosas que pueden aceptarse sin mucha discusión en la actualidad, una de ellas, es la velocidad de los tiempos que corren: las transformaciones que produce la revolución tecnología constante, la globalización, los mercados transnacionales, la economía financiera a escala mundial; y en ese contexto están el vaivén de los Estados-Nación, de las democracias de los países, ya imposibles de designar como del “Primero” o “Tercer” mundo, los partidos políticos polifacéticos que se autodenominan socialistas y llevan adelante políticas conservadoras, o las sociedades conservadoras que botan gobernantes socialistas, o los partidos de derecha que continúan ganando adhesión en una época supuestamente definida por la reactualización de las izquierdas, etc. En fin, tiempos confusos cuya única constante es el cambio.