5 discos 5 para sexo entre Hobbes y Mona Lisa – Andén 55

Hay formas del arte que son en sí mismas declaraciones políticas, como el stencil que en su apropiación de las paredes está diciendo algo sobre la vía pública. Pero el arte, por comprometido que sea o se pretenda nunca deja de ser testimonial, descriptivo; a lo sumo inspirador. La política es acción, movimiento que pretende un cambio o que nada cambie. En ocasiones, el arte es uno de sus resultados. De todo el universo de cosas que hace el hombre, algunas (habrá que ver cuáles) son arte, y de estas algunas son, además, políticas que ensayan los fragmentos de un discurso cuyo tema es común a los integrantes de la sociedad. Por eso en las revoluciones y en los golpes de Estado de cualquier signo, los primeros que son guillotinados son los artistas; porque tienen el berretín de recordar o proponer la reflexión sobre temas que el poder de turno no tiene es su agenda.

Residente CALLE 13 y Hernán Cabra Zoon politikones. Dialogo con el cantante de las Manos Di Filippi – Andén 55

“Residente calle 13 en la Facultad de Derecho – UBA” decía el título del extraño mail que se depositó en mi casilla de correo. Por un segundo imaginé que Calle 13 podía llegar a dar un recital en las amplias escalinatas de la Facultad de Derecho, pero al abrir el mail decía: «Puerto Rico, América Latina, Egipto la juventud del mundo se levanta”

Populismo cultural: la relación entre arte y política desde el ángulo descolonial – Andén 55

Giuseppe Patella, en su artículo “Estética y ética en la edad del multiculturalismo”, diferencia entre dos tipos de culturas, una con C mayúscula (una Cultura), y otras culturas menores. En este segundo ámbito se encuentran las formas culturales de masas, algo que parece ser poco serio y banal. El interés filosófico en estos productos es muy bajo, toda vez que su recepción es pasiva, al igual que su valoración, y que rebajan el nivel crítico. Patella se muestra de acuerdo en ciertos resguardos, y opina que el arte de masas no debe ser respetado solo por el hecho de ser masivo. Entonces se pregunta cuál es la relación entre estética (Cultura) y los estudios culturales (cultura).

La estética de la política en la encrucijada latinoamericana

Quien haya escuchado “El anillo de los nibelungos” en su entera magnitud y potencia puede entender, sin más, la idea de “obra de arte total” de Wagner. Este concepto podría utilizarse para pensar esquemáticamente la impronta vital del romanticismo alemán decimonónico. Sobre todo, para comprender que era el hombre y la mujer los que emergían desde las sombras de la historia del cristianismo, luego del Clasicismo, la Ilustración y el Racionalismo, para mostrarse en toda su mítica humanidad. La preocupación del romanticismo era, pues, la preocupación por el Ser Humano, por la inmensa carga de la vida, sus sentimientos, sus conflictos existenciales más hondos. Este movimiento estético estuvo lejos de tener una motivación exclusivamente política, aunque, sin lugar a dudas, arrancó a la política de sus cauces y la hizo temblar hasta sus más profundas raíces, ya que atravesó, y se produjo en, aquellos que protagonizaron el pensamiento y la política de aquel tiempo.

El Burgués Gentilhombre – Andén 55

Hoy les traigo una historia de un hombre ícono en su época: violinista, compositor, director de orquesta y bailarín. Creador de géneros y formas musicales, innovador en los gustos y tendencias de la corte y sociedad parisina, alineado con la nueva sensibilidad burguesa incipiente en el bajo período barroco. La biografía entonces de este fenómeno, ejemplo de oportunismo, obsecuencia y rock’n roll.

Imitación del hombre – Editorial 55

Que la naturaleza imita al arte o el arte a la naturaleza es un tema harto debatido. Sobre ello, Wilde recurrió al ejemplo de la bruma de Londres: la bruma no era producto de la naturaleza, sino que se originaba en la pintura, es decir, provenía del arte. Para Wilde, el arte imitaba la naturaleza. Por un lado, la naturaleza depende exclusivamente de cómo la percibimos y cómo la comprendemos, y es en ese sentido que la naturaleza depende de nuestra capacidad creativa, de nuestra ingeniería artística, de nuestra simulación consensuada, colectiva y personal. Por el otro lado, somos producto de la naturaleza, habitamos la tierra, no somos sus dueños, y bien haríamos en empezar a reconocernos como tales. Desde este lugar, aquellas construcciones que realizamos, no serían más que copia e imitación, o producto natural.