De cómo una simple y clásica herramienta ayuda a distribuir el poder en la escuela, históricamente tan concentrado, enseñando a la vez posibles caminos colectivos hacia la utopía necesaria. Sabemos que algunos de los problemas más manifiestos que estallan en la escuela (los relacionados con la violencia, con la falta de compromiso y participación, con las dificultades de comportamiento, con la exclusión grupal) condicionan fuertemente la enseñanza y el aprendizaje. Nadie puede aprender bien cuando no está cómodo en su lugar de trabajo.