El jueves 30-S queda como fecha trágica para el Ecuador. Hoy se lloran 13 muertos, 274 heridos, aún no se tiene la cifra exacta de las víctimas. Aquella mañana fui a trabajar con normalidad, redacté cartas, envié mails laborales. Salí a las 10:00 a una reunión en Casa de la Cultura Ecuatoriana para cerrar que nuestro IV Ciclo de Cine de Bolivia en Ecuador se va para 9 ciudades. Trepo a la Ecovia, un bus largo con carril propio, incómodo, sudoroso. De pronto, frenada torpe, el chofer grita: “tienen que bajarse, el bus de adelante fue asaltado”. Brotamos a las calles desoladas, nos esparcimos temerosos. En la esquina dos morochos asaltaban a un tipo a puñetazos. Ni un policía. 4 bancos atacados, cientos de almacenes saqueados: indicaba la radio. Entonces supe del levantamiento policial. Llamé a mi esposa que despavorida emergía del Moll con sus bolsitas y un aire de tsunami.