Hay formas del arte que son en sí mismas declaraciones políticas, como el stencil que en su apropiación de las paredes está diciendo algo sobre la vía pública. Pero el arte, por comprometido que sea o se pretenda nunca deja de ser testimonial, descriptivo; a lo sumo inspirador. La política es acción, movimiento que pretende un cambio o que nada cambie. En ocasiones, el arte es uno de sus resultados. De todo el universo de cosas que hace el hombre, algunas (habrá que ver cuáles) son arte, y de estas algunas son, además, políticas que ensayan los fragmentos de un discurso cuyo tema es común a los integrantes de la sociedad. Por eso en las revoluciones y en los golpes de Estado de cualquier signo, los primeros que son guillotinados son los artistas; porque tienen el berretín de recordar o proponer la reflexión sobre temas que el poder de turno no tiene es su agenda.
5 discos 5 recontra obvios para soplar las velitas de la Abuela Patria – Andén 37
Amás de un país africano le gustaría tener 200 años y a más de un aspirante a Matusalén, también. Pero lo importante no es una vida larga sino una vida ancha llena de instancias y de instantes de los cuales enorgullecerse. Y a la Argentina le vienen faltando. Muertos de hambre, dictadores de poca monta y mucha sangre, fascismos de izquierda y derecha, burguesías dadas al ocio y al soborno, peronemlins y radicaloides siempre mirando el ombligo de sus muertos y una sociedad que valora más el futbol para todos que los hospitales para muchos hacen poco para que deje de faltar.