Mitos etílicos – Andén 92

La ingesta de bebidas alcohólicas y sus efectos no suelen resultar un misterio para la mayoría de la población adulta. En torno a este hábito, existen un grupo de pequeñas reglas o consejos que circulan de boca en boca desde tiempos inmemorables. Es posible que llamarlos mitos pueda resultar algo exagerado, sin embargo, las razones científicas detrás de estas conductas no suelen ser conocidas por aquellos que no dedican su vida al estudio de las ciencias de la salud.

Internet es una cosa – Andén 89

A lo largo de su breve historia, la humanidad siempre se ha acoplado al mundo mediada, material y simbólicamente. La nuestra es una historia de mitos, religión y ciencia, tanto como de piedra, hierro y silicio. En los últimos cincuenta o sesenta años y especialmente a partir de la implementación de la web 2.0 nuestros dispositivos de acoplamiento, digitales y concretos, se encuentran cada vez más conectados entre sí, al tiempo que continúan actuando de mediadores entre nosotros y el mundo (como articuladores), de a poco dejan ver su capacidad para apartarnos de el (para regular nuestro acceso) y eventualmente afectar directamente nuestras posibilidades de subsistencia.

Prohibiciones coloniales, Alucinaciones descoloniales – Andén 47

Lejos, muy lejos de lo que cierto pensamiento hegemónico nos quiere hacer creer, el colonialismo no es un hecho ignominioso que desapareció felizmente de la faz de la tierra a mediados del siglo XX, sino que es un fenómeno que sigue operando en la actualidad. Aunque ciertamente ya no aparece en su forma descarnada de dominación política y militar, su lógica subyacente sigue imperando en términos de colonialidad, como una matriz global de poder que perpetua la dominación de los pueblos ex-colonias y que establece una fuerte jerarquía entre “razas”, culturas, saberes, géneros, economías, etc reputadas como superiores e inferiores.

Perfumes – Andén 23

La ciencia no debería dedicarse a curarnos de las drogas, sino a crear drogas que nos haga bien ya que El mundo no colabora para que la gente deje de drogarse, el orden cósmico invita a cualquier cosa menos a la vida sin aditamentos. “la adicción a las drogas legales o ilegales siempre delata un dolor. Un dolor por lo que encubre, por lo que disfraza o disimula, uno que nos corroe a todos: la vida cuesta” escribió Sandra ruso en página/12 hace unos años. El que se droga por diversión o necesidad necesita algo que la vida así, como está, no le da. Le pasa lo mismo al evangelista fanático, al militar convencido de su reserva moral, al trotamundos incansable, al adicto al porno, al infante que se chupa el dedo frenéticamente. La vida cuesta y no regala nada. Nos exige buscarnos nuestro propio salvavidas. El problema es que no siempre conseguimos diferenciar un tronco flotante de un adoquín.