Las prácticas esotéricas convocan a multitudes de fieles en la misma medida que detractores. Esa tensión entre lo espiritual y lo secular exige que unos y otros busquen explicarse mutuamente aunque los resultados no puedan conciliarse pues, en el plano estrictamente social, no toda práctica debe ser aceptada ni toda fe respetada.
Ni todo es política, ni toda política es buena o pensar con el culo puede generar ideas de mierda – Andén 74
El tono de esta rancierana viene al ritmo de la podredumbre periodística, televisiva, argumentativa, comprensiva y todos los “ivas” e “ismos”, en los que se construyen y disputan los actuales “sentidos” sobre una vida política en comunidad y en democracia. No obstante, la clasificación de ellos a través de la podredumbre, no nos exime de pensarlos, interpretarlos, explicarlos y actuar en consecuencia para modificarlos. Por eso, y muy a pesar de los deseos de Rancière, en esta ocasión entraremos al putrefacto juego de las definiciones sobre qué es política y qué no es política.
Fukuyama triste, solitario y final – Andén 38
¿El fin de la historia? De Francis Fukuyama es un texto extraordinario porque es la forma cristalizada de una ideología. Preanuncia la debacle del bloque soviético cuando nadie creía posible su caída, preanuncia la supremacía del pensamiento económico sobre el político, la diseminación del liberalismo burgués y la economía de mercado como únicas opciones viables y, entre otras cosas, el último quedo optimista en los valores de la revolución francesa. Se equivocó, pero aún no deja de increparnos. Pensamientos inconexos.