Junto a mi netbook dejé una postal (de esas que uno agarra en los bares) que dice: “Cucinare una cultura”. Y en el reverso aparece el nombre del ristorante italiano. Lejos de instaurar una verdad universal y a des-tiempo, las postales -tal y como señala Derrida- nos hablan de circunstancias, de espacios y de tiempos.