¿Por qué hablar nuevamente de la vejez, y de la muerte que siempre la circunda? ¿Será por que acaso el cronista de discos ya no resiste con tanta algarabía la resaca? ¿Por qué ya es tarde para convertirse en ninja, en niño prodigio, en actor porno? ¿Por qué envejecer implica reconocer las limitaciones y el principio de realidad y las obligaciones y todo eso tan pesado que uno se carga sobre los hombros cuando suena el despertador a las seis de la matina? ¿Qué es lo que ven los viejos cuando miran para atrás? ¿Cuándo ven a sus nietos? ¿Qué ve un viejo en facebook cuando busca a sus amigos que no estarán nunca porque se han ido muriendo antes de cargar sus fotis? ¿Y el que vivió mucho y de tanto vivir se da cuenta de que hay cosas que ya no recuerda? ¿Cuándo descubre que esos amores que casi lo llevan a la muerte se volvieron una anécdota de 5 minutos una noche de sábado entre otras historias, entre narraciones gastadas como esos libros húmedos y ajados del desván?