En el lenguaje cotidiano la palabra utopía es usualmente utilizada para descalificar a nuestros adversarios, no por lo bueno o malo de sus ideas, sino por las escasas posibilidades de que adquieran facticidad. Así, no descartamos argumentos por erróneos sino por irrealizables. Por el contrario, el poder, si bien se define apresuradamente por su capacidad de incidir en la realidad y materializar las intenciones de quien lo ejerza, raramente es considerado con carácter positivo. En este caso, lo realizable es lo erróneo. En esta lógica encontramos, por un lado, que quienes tienen buenas ideas se ven desprovistos de los medios necesarios para realizarlas y, por el otro lado, que quienes tienen en sus manos los medios, desatinan en los fines. Curiosa situación, mientras unos pecan por no dar con la realidad, los otros lo hacen por habitarla.
Mil maneras sobre el nivel de la creación – Andén 68
Giles Deleuze y Felix Guattari trazaron en su libro Mil mesetas: capitalismo y esquizofrenia varios conceptos de análisis llamándolos (y digo esto de manera muy escueta porque es un libro largo y completísimo) rizoma, árbol, mapa, principio de cartografía, etc. Estos se van desarrollando a lo largo de los capítulos en su oposición y se puede ir vislumbrando su morfología para después poder aplicar dichos conceptos a distintas formas de arte, en su mayoría literario, pero una vez comprendidos, que dicho sea de paso no es nada fácil, pueden también ser usados para otras formas: las artes escénicas.