En el lenguaje cotidiano la palabra utopía es usualmente utilizada para descalificar a nuestros adversarios, no por lo bueno o malo de sus ideas, sino por las escasas posibilidades de que adquieran facticidad. Así, no descartamos argumentos por erróneos sino por irrealizables. Por el contrario, el poder, si bien se define apresuradamente por su capacidad de incidir en la realidad y materializar las intenciones de quien lo ejerza, raramente es considerado con carácter positivo. En este caso, lo realizable es lo erróneo. En esta lógica encontramos, por un lado, que quienes tienen buenas ideas se ven desprovistos de los medios necesarios para realizarlas y, por el otro lado, que quienes tienen en sus manos los medios, desatinan en los fines. Curiosa situación, mientras unos pecan por no dar con la realidad, los otros lo hacen por habitarla.
Internet. Nuevos hábitos, viejos mundos – Editorial 73
Andén es contradictorio a internet. Afortunadamente no disputan el mismo lugar al mismo tiempo, por lo que Aristóteles admitiría que podemos continuar con nuestras vidas sin que esta contradicción enloquezca nuestra subsistencia. De hecho podemos ver que andén se aloja en internet si visitamos su sitio web, www.andendigital.com.ar. Asimismo, por el otro lado, en esta ocasión encontramos internet en andén, es decir, detenido, cortado transversalmente, manifestándose como aquello que internet no es. Al adentrarnos en la temática, descubrimos un espacio mucho más amplio que el que imaginábamos. Y esto no viene a modo de anécdota, sino que representa un adelanto de lo que el lector encontrará en las páginas subsiguientes.
These Capacidades – Editorial 72
¿Por qué preguntarnos sobre la discapacidad?, ¿qué sentido tiene dedicar un ANDÉN a este tema?, ¿por qué no mejor tratar temas verdaderamente importantes, acaso actuales?, ¿por qué intentar generar una nueva agenda, por fuera de la corpo y los instrumentos de propaganda oficial?, ¿por qué afirmarse independientes? Formularse estas preguntas es llegar a un nuevo ANDÉN. Responderlas acaso signifique el desafío de repetir nuestra existencia. Afirmarla, asentarla, sembrarla.
¡Color de sangre minera tiene el oro del patrón! – Editorial 66
El extractivismo es un tema que ha cobrado una gran relevancia en los últimos tiempos, especialmente debido a la gran importancia que le han otorgado los grandes medios de comunicación. Con esto no buscamos referir que es algo más, pasajero, como todo en los medios–salvo la obsecuencia-, sino que las luchas que desde hace años se vienen librando hoy son puestas en la vidriera y visibilizadas masivamente.
Diálogo con el colectivo El Río Sin Orillas: Otra vez moscas – Andén 65
Desde 2007 El Río Sin Orillas (RSO) nos sorprende con una propuesta a la vez sutil y osada. Singular. Cada año, nos demora con su prosa elegante, sin concesiones, que opera como indicio irrecusable de un colectivo de trabajo que sabe lo que quiere y quiere lo que sabe. Por eso lo cuida tanto.
Una fe que aspira al cielo mirando la tierra – Editorial 58
Los vínculos entre fe y política, de más está decirlo, son problemáticos. Los entrecruzamientos teóricos, simbólicos e históricos se dan desde el mismo momento en que una comunidad se constituye como tal. Una teoría acerca de la relación de la divinidad con un grupo de hombres y mujeres presupone también un modo particular de relaciones dentro de ese grupo. La historia política de cualquier grupo presupone, por ende, la existencia de una concepción particular de lo transmundano. De ese maridaje siempre en tensión han brotado caudales de tinta justificando y criticando, indagando sobre los pequeños y los grandes detalles que colocan a la fe, al hombre y en un mismo campo de fuerzas sociales.
Imitación del hombre – Editorial 55
Que la naturaleza imita al arte o el arte a la naturaleza es un tema harto debatido. Sobre ello, Wilde recurrió al ejemplo de la bruma de Londres: la bruma no era producto de la naturaleza, sino que se originaba en la pintura, es decir, provenía del arte. Para Wilde, el arte imitaba la naturaleza. Por un lado, la naturaleza depende exclusivamente de cómo la percibimos y cómo la comprendemos, y es en ese sentido que la naturaleza depende de nuestra capacidad creativa, de nuestra ingeniería artística, de nuestra simulación consensuada, colectiva y personal. Por el otro lado, somos producto de la naturaleza, habitamos la tierra, no somos sus dueños, y bien haríamos en empezar a reconocernos como tales. Desde este lugar, aquellas construcciones que realizamos, no serían más que copia e imitación, o producto natural.
Deportes y Política – Editorial 43
Vamos llegando nuevamente a otro ANDÉN. Como siempre, desde hace más de un año y medio. Como nunca, a través del Deporte y de sus vínculos con la política. El complejo entramado conceptual y la pluralidad de visiones sobre el tema son casi tan inabarcables como el funcionamiento de un grabador que, tal vez por voluntad del maligno dios cartesiano que pretende mantenernos en el engaño, tal vez por la bondad de un tiempo en que tendremos revancha; se nos quedó con casi toda la entrevista realizada el viernes pasado al Diputado Nacional Eduardo Macaluse por quien se pasó de estación, Belén Morejón. A pesar de ello, el diálogo salvado no tiene desperdicio, ya que abstrayendo todo detalle, conlleva directamente a la centralidad y profundidad del tema que nos convoca.
Construcción de la Noticia: Combates por la Información – Editorial 39
Hace exactamente un año y un mes, el Profesor de filosofía Ezequiel Pinacchio publicó en este medio una nota insuperable, dado que recorre de principio a fin, con total exactitud y justas palabras la temática que en esta ocasión toca abordar. El sublime artículo se titula El fin justifica los medios y ya puede Ud. -que no anda con interludios editoriales- consultarlo por completo haciendo click aquí mismo
El Fin de la Historia: pensamiento único – Editorial 38
La tarde cae, el sol se esconde en el horizonte y la noche rebalsa el cielo. Curiosa estación a la que se arriba una fría noche de un otoño, casi de invierno. Y el fin. El final del recorrido y su constancia. ¿Puede acaso pensarse el final y la constancia a la vez? ¿Tiene sentido hablar de fin y recreación? ¿Puede escaparse –aunque sea mentalmente- del eterno presente que atraviesa la existencia? Pero alto, ¿No estamos acaso en las puertas de una ficción?