“No mires, que es de mala educación”, o justamente todo lo contrario – Andén 82

Desde lo políticamente correcto muchas veces se proclama una integración educativa que no es tal. Ni bien se rasca la superficie de ese pensamiento las buenas intenciones se desgranan en una serie de preconceptos que acaban cristalizando aquello que se intentaba cambiar. Una reflexión, pero también una experiencia sobre las enormes dificultades que depara la integración y lo mucho que beneficia al tejido social.