La música (electrónica) está sometida, como todo en este mundo, a nuestro creciente anhelo por singularizar, a nuestras pretensiones taxonómicas que, ¡oh!, casualidad, coinciden con las imposiciones civilizatorias de segmentación y fraccionamiento. Así, existen géneros como el ambient y el house, pasando por el bubblegum dance, el electronic rock, el IDM wonky, entre otros tantos como el breakstep, el vaporwave y el posdisco electropop chillwave. La lista es infinita y ni siquiera los djs la conocen bien.