La política actual oscila entre lo verdadero y lo creíble. Lo verdadero, acaso aquello que la sociedad reclama a gritos; lo creíble, ese instrumento que sirve para salir del paso. El análisis de Hannah Arendt es una herramienta útil para intentar abarcar la complejidad que se erige como determinante: Más allá de una verdad o una mentira más, la manipulación de la realidad quita las posibilidades de comprensión y con ello de cambio.