La Argentina tiene un largo historial de caricaturas políticas, casi siempre utilizadas para ridiculizar a diversos personajes de la vida nacional y promover la siempre sana erosión del poder.
Parada obligada en la comprensión de la realidad
La Argentina tiene un largo historial de caricaturas políticas, casi siempre utilizadas para ridiculizar a diversos personajes de la vida nacional y promover la siempre sana erosión del poder.
Escribo estas líneas mirando el reloj con cierta impaciencia. Todo el tiempo estoy llegando tarde, todo el tiempo tengo que estar yendo hacia otro lugar. Imposible sentarse a escribir. Muchos menos a re-flexionar, a realizar esa acción del pensamiento que implica detenerse y volver sobre las cosas, los acontecimientos, las ideas. Detenerse, para avanzar. No, imposible. Solo hay avance. Las maquinas perforados avanzan en el cerro, el gobierno avanza en sus declaratorias de muerte, la justicia avanza en su persecución de los que estorban. No, imposible detenerse. Y, sin embargo, hay una voluntad que pecha, que tira, que te dice,