El mundo de la moda es un lugar ajeno para la mayoría. Brillo, suponemos, glamour. Hombres y mujeres inalcanzables posando ropas carísimas sobre una pasarela o en una marquesina. Sin embargo, hay engranajes en la cadena de la moda que no siempre se lucen junto a los productos. Una industria de trabajadores y comerciantes que mueven una maquinaria económica y estética muchas veces de un tamaño que no alcanzamos a imaginar en su justa medida.