Hacia finales de los años noventa se consolidó, en el teatro de Buenos Aires, una camada de dramaturgos, actores, y directores que renovó la escena teatral. Se trataba de una generación que auspiciaba, en su conjunto, un panorama de poéticas diversas y que tomaba distancia del teatro más didáctico y/o expositivo. Y, bajo la estela de lo múltiple, proponía nuevas formas para pensar la compleja realidad nacional.