Dolor. Es lo único que se puede expresar o entender. Abandono. Nefasto recuerdo de lo que no debiera haber sido. Pero es. Y así estamos, sorprendidos y conmovidos, porque ni la Justicia ni la Verdad han prevalecido en esta enmienda, y todo ha sido un circo inconducente dado que no hay ni autonomía ni restitución en este acuerdo del municipio 135, con la concatenación que ocasionará la promulgación de esta ley.