Día tras día, los medios masivos de comunicación nos machacan la cabeza con el flagelo de la inseguridad que asola a nuestro querido país. Una semana son los asaltos; la siguiente, las violaciones; la otra, los homicidios y siempre el narcotráfico, los que someten a la sociedad argentina a un carrusel orgiástico de inmoralidad, muerte y destrucción.
La imagen es conocida y es repetida incansablemente, de arriba hacia abajo, por los grandes medios hegemónicos, los especialistas de turno, los políticos opositores, los/as conductores/as de mayor rating, el tachero porteño, las señoras gordas de recoleta y la espantada clase media citadina.