i bien ya muchos lo sospechábamos, fue necesaria una emergencia global para convencernos: el sistema hegemónico mundial es incapaz de garantizar la vida. Hoy es inevitable ver que el capitalismo y la democracia, el mercado y el Estado, y las formas jerarquizadas de la diferencia (racismo, machismo y clasismo) tienen una deuda insaldable con la humanidad y con la vida misma. Sobre deudas históricas Desde sus orígenes, la modernidad hegemónica se ha empeñado en consolidar un sistema mundial que establezca y reproduzca una única forma de imaginar la realidad, de diseñarla y de construirla. Para ello, tres maniobras iniciales fueron
La moda: un dispositivo para la colonización del tiempo – Andén 70
Aunque la moda nació en el contexto del comienzo de la modernidad y restringida al ámbito de la vestimenta, en la actualidad se trata de un fenómeno que abarca todos los ámbitos de nuestra existencia. Como la modernidad, la moda se ha globalizado. Y si la modernidad es esencialmente colonial, ¿podemos hablar también de una moda colonial? Las líneas que siguen abordan esta pregunta, explorando las complejas relaciones entre moda, modernidad y colonialidad.
Ser niño o ser menor: el Derecho como discurso de clausura – Andén 63
La infancia como momento de vulnerabilidad es una ocasión para ser protegido o para ser reprimido en función de la categoría en la que el Infante haya sido colocado previamente. La calidad de ser niño o ser menor no responde a razones biológicas sino a la ideología de los grupos dominantes que mistifican a ciertos grupos, encerrándolos a priori en un solo destino posible.
Respetar la vida, la muerte – Andén 61
Con la caída del mundo medieval el sujeto moderno se enfrentó a la difícil tarea de mirar a la muerte a los ojos sin mediaciones divinas. Perdida la garantía que brindaba un más allá en el que depositar todas nuestras esperanzas, la finitud del hombre se mostró en toda su precariedad. De aquí que el temor ante la muerte sea el signo distintivo de la vida moderna, es decir, de nuestra vida hoy. Probablemente este miedo no sólo haya sido una nota negativa en la psiquis del existente humano, sino una fuente inagotable de potencialidades. El privilegio dado a la razón, lugarteniente de ese Dios que aún muerto sigue operando en nuestro mundo inmanente, tal vez sea fruto de esa carrera contra el tiempo, la cual tiene como punto de llegada la promesa infinita de inmortalidad.
Dos figuras yuxtapuestas: El “extranjero” y el “otro” – Andén 51
La asimilación de la figura del extranjero con la del «otro», una práctica que no es nueva, presenta a la diferencia como un elemento disvalioso y, en ciertos casos, atemorizante, ya que rescata y actualiza la idea de la barbarie: una idea que atraviesa la historia y constituye la pieza clave de un proyecto de dominación cultural.
En el tiempo del Otro – Andén 46
La historia de los últimos 500 años de América Latina ilustra de manera elocuente las más variadas construcciones de la Otredad, desde la negación absoluta del Otro, hasta el demanda de reconocimiento de la Alteridad. La intención de estas líneas será recorrer algunas de esas construcciones a fin de problematizar en torno a ciertas políticas de la diversidad que se han desarrollado en los marcos del monoculturalismo, el multiculturalismo y la interculturalidad
Moderno, demasiado moderno: las políticas culturales y la experiencia de la hegemonía europea – Andén 42
Preguntarse por las políticas culturales es preguntarse también por los conceptos de Nación y Estado, todos originados en la modernidad. Las coincidencias no son arbitrarias y su evaluación nos ayudará a entender la relación que histórica y actualmente la vinculan con el accionar político, la constitución de la esencia de los pueblos, así como su utilización simbólica.