Cuando me anoticié de que Frankenstein no era el nombre del monstruo me enojé un poco. La criatura se pasa el libro entero buscando su identidad y reclamándole un nombre a su creador, Víctor Frankenstein. No solo le negó una identidad, sino que además le quitó el protagonismo de una historia que no es la suya.
Juguetes virtuales. Deseo on-line – Andén 88
Desde tiempos ancestrales, el juego es un recurso para el entretenimiento. Sin embargo, en los últimos tiempos el juego ha ganado campo, espacio y tiempo; y se ha extendido más allá de la niñez, de las horas de juego o práctica de algún deporte.
Arteterapia…, ¿otro lenguaje o el mismo? – Andén 78
Muchas veces lo verbal no está. Muchas veces la palabra es solo un balbuceo. Muchas veces la palabra no basta. ¿Qué significa comunicarnos desde otro campo que no sea el verbal?
El (Los) cuerpo(s) en psicodrama – Andén 76
Cuando alguien menciona el cuerpo, todos sabemos de qué se trata, sin embargo un cuerpo implica mucho más que la parte física y material de un ser o “eso que nos lleva a todos lados”; y a esto se dedica el psicodrama. Una de las tantas definiciones circunscribe el cuerpo como: una extensión limitada que es perceptible por los sentidos. Desde el psicodrama, preferimos pensarlo como: la intención ilimitada de abrir nuevos sentidos posibles.
Autismo: ¿Quién no puede comunicarse? – Exclusivo web
La palabra autismo proviene del griego; autos significa ‘propio, uno mismo’. En el célebre DSM, manual de acuerdo científico universalizado y global para el diagnostico de enfermedades mentales, los criterios que se toman en cuenta para determinar un trastorno autista recurren al tema de la comunicación y la relación o, para expresarlo con exactitud, de las falencias y/o ausencia de estas.
Comer o no comer… (¿será esa la cuestión?) – Andén 71
Hay un afán por mejorar la calidad de vida en los últimos años… Libros de autoayuda, notas sobre salud y todo aquello que nos dé una idea de cómo vivir mejor se pavonean en los estantes de las librerías dejando tras las sombras de cierto misticismo la posibilidad de un cambio concreto. Sin embargo, para lograr algún cambio en aquello que se nos presenta tan desesperado tal vez sólo basta con algo tan cotidiano (y a veces automático) que debería ser el punto de partida para vivir saludablemente: comer.
Derecho a la muerte – Andén 61
Hay una particular singularidad que nos une a todos los seres humanos. Entre los grandes acontecimientos que ocurren a lo largo de nuestras vidas, hay dos que ninguno de nosotros puede elegir: nacer y morir. Lo que singularmente une estos dos momentos es la situación de vulnerabilidad. Sin embargo, desde la atención sanitaria estos dos momentos se diferencian bastante. Imaginemos por un momento, generalizando el hecho como un evento común, cómo nace un ser humano: una madre que se controla desde el comienzo del embarazo, llega a un hospital con el tiempo prudente para preparar la llegada del bebé, entra a una sala dispuesta para la circunstancia: la sala de maternidad, médico o partera y enfermeras están a su disposición, en general llegan regalos y saludos…
Ahora, ¿Probamos con la muerte? Dejando de lado los casos accidentales y tomando la muerte natural como generalidad, ¿cómo se prepara este momento en la vida de una persona? O mejor, ¿se prepara?