Era miércoles 27 de octubre y, como había llegado temprano a mi clase, me conecto unos minutos a Internet para revisar mi correo. Eran aproximadamente las 9 de la mañana en Caracas -lugar en el que me encuentro como estudiante de intercambio- y las 10:30 en Argentina. Inmediatamente llamó mi atención un mail de mi hermano cuyo asunto era: “Urgente, murió Néstor Kirchner”. De muchos de mis amigos hubiera esperado una broma de mal gusto, pero como venía de mi hermano sabía que no sería una broma. Y no lo era. En efecto, en el mail informaba sobre el fallecimiento del ex Presidente.
Kirchner y la apertura de una ventana hacia Nuestra América Latina: Dueño de una pasión – Andén 49
Ha muerto un soñador de la Patria Grande. Ha muerto un constructor de Nuestra América Latina. Hemos leído mucho y muy bueno sobre la figura de Néstor Kirchner.
Sueños de la Patria Grande
Anoche tuve un sueño: golpearon a mi puerta; no lo podía creer; era Simón Rodríguez, el maestro de Bolívar. Me dijo: –Afuera llueve y hace mucho frío. Y yo le respondí: –Claro, pasa o pase– no lo recuerdo bien. Usaba un traje raído, un lazo en el cuello y sus anteojos sobre la frente (cuenta la leyenda que cuando Don Simón no leía o escribía solía usar sus anteojos en la frente). Estaba preocupado porque en la Ciudad de Buenos Aires había encontrado muchas familias durmiendo en la calle. –Y pensar que yo quería incluir y formar en las Escuelas de la Patria a los cholitas y las cholitas que ruedan en la calle– me dijo –En los niños pobres está la Patria.