«Al final Emilia muere y Julio no muere. El resto es literatura” -Alejandro Zambra.
Fruto de cierta destreza propia, Vargas Llosa logró instalarse en el centro del escenario mediático nacional por largas semanas. Es cierto que también cooperaron un Orlando Barone que aburrió de tanto sacarse los anteojos al mismo tiempo que ensayaba cada vez menos prolijas críticas y el periodismo opositor que replicó hasta las nauseas la tan pretendida como esquelética censura del escritor en la visita a Argentina para la feria del libro. Lo cierto es que estos últimos encontraron en el escritor peruano una figura de derecha con una capacidad de aglutinamiento que ninguno de los posibles candidatos no oficialistas al sillón de Rivadavia tiene.
Nac & Pop – Editorial 59
En sus 11 tesis sobre la política, Jacques Rancière refiere que la esencia de la política es la manifestación del disenso, dado que manifiesta la presencia de más de un mundo. Esta definición sintética y desplegable de un concepto tan debatido en la vida diaria, puede resultar una gran herramienta para pensar la confluencia en estas semanas de abril, en esta víspera al día de los trabajadores, de los hechos que tuvieron lugar en nuestro país y la temática a abordar en este nuevo ANDÉN.