Los vínculos entre fe y política, de más está decirlo, son problemáticos. Los entrecruzamientos teóricos, simbólicos e históricos se dan desde el mismo momento en que una comunidad se constituye como tal. Una teoría acerca de la relación de la divinidad con un grupo de hombres y mujeres presupone también un modo particular de relaciones dentro de ese grupo. La historia política de cualquier grupo presupone, por ende, la existencia de una concepción particular de lo transmundano. De ese maridaje siempre en tensión han brotado caudales de tinta justificando y criticando, indagando sobre los pequeños y los grandes detalles que colocan a la fe, al hombre y en un mismo campo de fuerzas sociales.
El pecado de la deshumanización – Andén 58
La Teología de la Liberación fue una corriente de pensamiento y acción que, a partir de su reformulación de la manera tradicional de entender la fe y la práctica teológica, acompañó los proyectos revolucionarios de los ´60 s y ´70 s, e inspiró nuevas formas de conceptualizar la realidad latinoamericana, tal como cristalizó en la Filosofía de la Liberación. Resulta entonces fundamental evaluar los aportes que su experiencia puede realizar para transitar los caminos de la descolonialidad.
Para el pueblo liberación – Andén 58
Injusticia-opresión-corrupción, trinomio que acompaña toda la realidad latinoamericana y de la cual no se puede ocultar quien pretenda escribir o decir una palabra sobre Jesucristo. Realidades que traspasan toda dimensión humana y que claman desde lo más profundo ser iluminadas, trasformadas y redimidas. El clamor de un pueblo que se sumerge en falsas promesas, en mesías pasajeros que no prometen nada nuevo y que siguen ofreciendo espejitos de colores.