«He aquí mi secreto, que no puede ser más simple: Sólo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible para los ojos.” Cuando la Real Academia Española define “Estigma”, como “Marca o señal en el cuerpo”, olvida, sin duda, a Saint-Exupéry, e ignora las huellas, “invisibles para los ojos”, que en el “alma” de los seres que la padecen, dejan la discriminación y la estigmatización.