Antes de comenzar a hablar, deberíamos establecer a que se denomina música electrónica. Si bien la definición de música dice que es el arte de combinar los sonidos, no es esta la regla para encasillar el estilo mencionado. Por definición establecida por el mainstream, se llama así a la música que generalmente se escucha en las discotecas y en su mayoría es creada por disc-jockeys. Quienes hace más tiempo escuchan este estilo, prefieren llamarlo House, o en el peor de los casos Música Dance, ya que toda la música es electrónica, o al menos es reproducida por un equipo electrónico.
En Los 70, la música de este género era relacionada con robots tocando en el espacio con sus computadoras en un futuro relativamente lejano, ya que, en sus comienzos, estaba más abocada a un espectro experimental. Podríamos nombrar a Kraftwerk, como referente de este período, y en el ámbito local a Daniel Melero.
En los 80, el pop fue definiendo su estilo y estaba plagado de composiciones hechas con aparatos que muchos no consideraban instrumentos: samplers, secuenciadotes, cajas de ritmo, etc. Pero, nadie hacía referencia a los sonidos, se disfrutaba y punto.
Entrados los 90, el furor y explosión de ciertos grupos, tales como Erasure, Depeche Mode, Technotronic, hicieron que esta forma de hacer música llegara a lo más alto y se hiciera extremadamente popular. Sin embargo, siempre fue considerado un género menor, como si hacer música para bailar no fuese algo serio o interesante artísticamente. Incluso, con la aparición de grupos con sonidos electrónicos, pero alejados de las pistas de baile y más cercanos al punk como The Prodigy, tampoco fue tomado en serio, al igual que comenzó la famosa discusión de si un DJ pasa música o toca —recordaran la famosa pelea entre el legendario Norberto Pappo Napolitano y el no menos legendario Ezequiel DJ Dero—.
Con el comienzo del nuevo milenio, se siguió pensando de la misma manera a pesar de que cada evento realizado con grupos o djs convocaba a miles de personas. Ya es hora de abandonar esta cuestión. Ya pasaron más de 20 años desde que se declaró el nacimiento de este movimiento o estilo musical. Se debe aceptar artísticamente a las personas abocadas a producirlo. La gente quiera exponer sus movimientos corporales en una pista de baile, ¿qué importa de dónde viene la música, quién la produce, cómo la produce o de qué manera la ejecuta? Lo importante es disfrutar, vivir, sentir. Dejarse llevar por los sentidos y mover el pie al compás del golpe, sacudir la barriga, mover la cabeza o deleitarse con una buena voz negra exponiendo su alma en cada fraseo, haciendo que los oídos sangren de placer… Eso es la música, o al menos es lo que produce en los que consumen este estilo.
Sería incontable la cantidad de grupos o Djs que generan estas cosas en la gente, basta con ver los videos de distintas fiestas que se realizan en el mundo para apreciar la magnitud de este movimiento. Esto ya no es un género menor ni es para gente no pensante, liviana o de bajo compromiso.
Las drogas es un tema que no se puede evadir a la hora de hablar de este género musical. Pero, seamos sinceros, todos los movimientos siempre tuvieron drogas, antes y después del Rock & Roll.
En este momento, los Djs hacen mover al mundo. Por qué no acercarse a esto aunque más no sea por curiosidad. Escuchar por un rato otro estilo no hace mal, quizás se descubra algo mágico o algo que valga la pena artísticamente.
Para aquellos que son más adeptos al sonido duro, podrían empezar consiguiendo material de The Chemical Brothers. En cambio, para quienes prefieren los sonidos más finos, una buena opción serían los remixes de Frankie Knucles, Sade o Adeva.
Recomiendo que para ir entrenando y educando el oído acerquen la cabeza al lavarropas e intenten bailar con esos sonidos; así cuando escuchen música electrónica ya estarán entrenados y tendrán bastantes horas de vuelo para apreciar los buenos sonidos emitidos por alguna PC de la mano de un buen DJ■