partir de la iniciativa del profesor Edgardo Lander en el marco de la cursada regular:  “Límites del planeta y debates en torno a alternativas al desarrollo en América Latina: El caso Venezuela”  se generó un debate entre los estudiantes respecto al resultado de las elecciones parlamentarias celebradas el domingo 26 de septiembre en dicho país.

 

En primer lugar, vale destacar la importancia de abrir los espacios académicos hacia la discusión de la coyuntura social, económica, ambiental, pero fundamentalmente política. Es que muchas veces, en la inteligencia de que la excelencia académica se logra a través de la abstracción de los problemas que nos circundan, los espacios educativos acaban volviéndose un espacio aislado de la realidad.

Si bien es cierto, por un lado, que estos espacios de reflexión y crecimiento necesitan de un esfuerzo de elevación que vaya más allá de lo cotidiano; no es menos cierto, por otro lado, que la ficción de que los ámbitos educativos deben deslindarse de toda realidad fáctica, a fin de inmiscuirse en grandes autores, generaría una herramienta hueca, que jamás  podrá utilizarse para modificar la realidad. Y si algo caracteriza a las herramientas no es su producción para su posterior acumulación, ni para mantenerlas guardadas en un cajón, o exhibir su belleza. Por el contrario, una herramienta se produce con el fin de ser usada. Pese a que la formación educativa no tiene el fin del uso mecanicista, sí tiene el deber de colaborar con la comprensión y la transformación de nuestro horizonte de vida. Y como todos saben, no es necesario ningún título habilitante para ello más que la propia y buena voluntad.

Antes de re-articular el diálogo acerca de los resultados de las elecciones, conviene informarnos sobre algunos datos:

  • Debe mencionarse que la distribución que actualmente se encuentra en ejercicio en la Asamblea Nacional de Venezuela y que lo estará hasta el 30 de diciembre, cuando se proceda al cambio de autoridades, favorece ampliamente al chavismo, quien posee los representantes de casi la totalidad de la cámara. Esto se debe a que en las últimas elecciones parlamentarias la oposición decidió abstenerse de participar por considerar que no se garantizaban los requisitos necesarios para que la elección no fuese fraudulenta. Al total sólo se le descuentan aquellos diputados que durante estos 5 años se han pasado de bando (¿cuento conocido?).
  • Resulta llamativo que, sin producirse cambios en el proceso electoral, la oposición reconoció e insistió a sus votantes sobre la confiabilidad del proceso electoral. Por tanto, a contramarcha del llamado a abstenerse de votar a causa de la ilegitimidad del sistema pronunciado por ellos mismos 5 años atrás, la oposición participó en la elección y aceptó los resultados con total legitimidad. Por tanto, este procedimiento electoral, similar al utilizado en la última elección de parlamentarios, sí garantizó el voto secreto, legítimo y confiable.
  • Si se intenta dar explicación a dicho cambio de estrategia, puede pensarse que tanto el fracaso de esta abstención de participar en las elecciones que generó la libertad legítima para disponer cuanto creyese necesario al oficialismo, como el fracaso de la vía golpista, produjo una reflexión en dicho sector, que favoreció no solo a su próxima inclusión en la Asamblea Nacional, sino también, y por ello, al fortalecimiento de la democracia de este país.
  • En ese contexto, la elección celebrada acabó dando los siguientes resultados: La alianza PSUV, que conforma el oficialismo, obtuvo 98 de los 165 parlamentarios en juego. La Alianza MUD, que es la suma de los partidos opositores al Gobierno chavista, obtuvo 65 diputados. Finalmente, el Partido Patria para Todos (en adelante PPT), un partido definido como de centro (que surgió luego de romper con el PSUV 3 meses antes de la elección) en una lógica donde el PSUV es la izquierda y el MUD la derecha, obtuvo la módica cifra de 2 diputados.
  • Debe tenerse presente que a diferencia de nuestro país en Venezuela no existen dos Cámaras (Diputados  y Senadores), sino que el Poder Legislativo se conforma unicameralmente.
  • El primer análisis que se desprende de la distribución numérica de representantes por sector muestra que, si bien el chavismo posee una amplia mayoría, no alcanzó su pretensión de mayoría absoluta, ya que no llega ni a los dos tercios (110 diputados) ni a los tres quintos (99).
  • Esto significa, por un lado, que las leyes que se aprueben durante el ejercicio parlamentario que inicia  el 30 de diciembre, no contará con la libertad de maniobrabilidad que venía gozando el proyecto revolucionario. Es muy probable que la oposición le ponga un freno a las tendencias de radicalización del proceso. Bajo esta suposición, los sectores más radicalizados del chavismo, preparan y esperan que una batería de leyes se aprueben antes del recambio parlamentario. Pero por el otro lado, puede notarse que aunque, como se dijo, el chavismo no posee la mayoría absoluta, sí posee el número de diputados necesario para legislar sobre cualquier ley ordinaria, y posee una sobrada mayoría para que no se apruebe ninguna ley que no obedezca a su voluntad.
  • Otro aspecto llamativo del sistema electoral venezolano es la conformación de las listas. Venezuela es un país que ha experimentado -y que aún sigue haciéndolo- entre diversos sistemas de elección. En la votación actual, el sistema de votación electrónica tenía cuatro opciones. En primer lugar, el voto a la Asamblea Nacional se dividía en el voto al primer candidato por distrito electoral y el llamado “voto lista”. En este último, se votaba directamente al partido, sin que figuren allí los candidatos. Este sistema, parecido al llamado “lista sábana” en nuestro país, es una de las aristas que exige al votante una preocupación previa a la votación por averiguar quiénes son y qué proponen los candidatos que allí se vota, o la total confianza y apoyo a las ideas del partido representado. Asimismo, los otros dos votos se dividen entre los representantes al Parlamento Latinoamericano (en nuestro país este voto no es directo) y la representación indígena (cosa que tampoco existe, por ley, en nuestras tierras).
  • Según los resultados oficiales publicados, el PSUV obtuvo 5.399.574 votos, contra 5.312.293 votos de la oposición de derecha y 330.260 votos del PPT, sin contar el resto de los partidos.  Este dato nos lleva directamente a la pregunta acerca de cómo habiendo solo una diferencia cercana a los 100 mil votos, hubo tanta diferencia en la repartición de los parlamentarios.

Así, brevemente contextualizados en el proceso electoral venezolano, proponemos continuar el análisis con un poco menos de objetividad y con un poco más de apertura a la reflexión. Por tanto, a continuación abordaremos los principales elementos puestos en discusión.

Participación y tendencias

Las elecciones legislativas en Venezuela se consideran, al igual que en nuestro país, un proceso democrático de distribución de poder diferente a las elecciones Presidenciales. Este hecho se debe, entre muchas otras cuestiones que no vienen al caso analizar para esta reflexión, al carácter presidencialista de nuestros Estados. En ese orden, pese a que se pone en juego mucho, lo cierto es que el rumbo de un país difícilmente se modifique radicalmente por una elección parlamentaria o, en el mejor de los casos, no es así como se los considera.

Por este motivo, es usual que el nivel de participación en elecciones presidenciales y parlamentarias, cuando estas no se producen simultáneamente, suela ser mucho menor en el caso de las segundas. No fue este el caso de las últimas elecciones en Venezuela, donde a pesar de que el voto no es obligatorio, la participación ascendió alrededor del 70% de la población en capacidad de ejercer el derecho al sufragio. Este hecho puede explicarse en la construcción creada desde la oposición y el oficialismo acerca del carácter referencial de la votación.

¿Representación proporcional?

La falta de correspondencia entre la cantidad de votos y el número de representantes parlamentarios encuentra sustento en la constitución de 1999 (votada por el 80% del electorado) y la ley electoral de 2009.

En primer lugar, al unificarse las cámaras de diputados y senadores, se juntaron también el principio de representación proporcional (típico de la cámara de diputados, donde por cantidad de electores de cada Estado se define la cantidad de diputados) y el principio de representación territorial (rasgo de la cámara de senadores, donde la cantidad de representantes es común a los diferentes Estados). Este factor tiene como consecuencia la sobre-representación de Estados con menor población, toda vez que, por ejemplo, un Estado donde había tres representantes en función del criterio de representación proporcional, se le sumaron tres más, por el criterio de representación territorial, dando un total de seis; en cambio, en un Estado donde el criterio de representación proporcional daba por resultado diez representantes, por el criterio de representación territorial se le sumaron también tres representantes, dando un total de trece. Así, mientras el primer estado duplicó sus representantes (100%), el segundo creció en el orden de un 30 %.

En segundo lugar, se da la sobre-representación de los partidos más fuertes en determinadas zonas. Como consecuencia de lo analizado en primer lugar, en aquellos lugares donde un partido tiene más fuerzas, y adquiere, por tanto, más representantes, estos van más allá del principio proporcional correspondiente a sus electores.

En tercer lugar, la redefinición de los distritos electorales tuvo también como consecuencia la alteración de la representación. Es así que un partido ganando en un distrito, puede no tener representación, toda vez que, al unificarse con otro distrito de mayor número de electores, acabe imponiéndose los resultados que en este último se dieran.

Como consecuencia final del proceso electoral, puede concluirse que el PSUV, a pesar de no haber llegado al 50% de los votos, ganó ampliamente las elecciones a nivel de representantes.

Bi-partidismo

Un sistema electoral que sobre-represente a la mayoría y sub-represente a la minoría, tiende al bi-partidismo. Es en este espacio donde Chávez se maneja con mayor facilidad, obligando, a su vez, a la oposición a jugar cada movimiento en la unidad. En este caso, más que una propuesta de gobierno, el elemento unificador de la contienda opositora fue claro: “fuera Chávez”. Bajo ese lema, en aquellos sectores donde no estaban seguros de ganar fueron directamente unidos, en aquellos otros donde la victoria era segura, jugaron separados (impidiendo así al PSUV ser la segunda fuerza) y realizaron primarias donde no se podían poner de acuerdo. De no haber procedido de tal modo, el PSUV hubiera conseguido un representación muchísimo más elevada.

“Truco”, “quiero retruco”

Es llamativo que ambos bandos se atribuyan la victoria electoral. Parece que viven en países diferentes. La elección, es cierto, fue muy reñida. La diferencia electoral no es la esperada por el chavismo.

En este contexto puede entenderse el llamado que realizó Chávez a la oposición, luego de que esta se atribuya la victoria, de utilizar el mecanismo democrático de revocación, asegurándoles que si es como ellos dicen, ahora lo podrán vencer, pero que de aquí a un año (cuando se produzcan los comicios presidenciales) el proceso se va a profundizar tanto que no tendrán chances de ganar.

Operación PPT

Tres meses antes de producirse los comicios electorales, uno de los partidos que conformaban la alianza PSUV se dividió y se presentó por fuera de la estructura. A pesar de que esta ruptura debilitó la maquinaria electoral oficialista, lo cierto es que este partido tampoco se alineó a las filas opositoras de derechas, las que a pesar de mantener su independencia partidaria se aliaron en la lógica anti-Chávez. La suma de los votos del PSUV, junto a los del PPT, más los votos que se pierden por el factor confusión, dan un número total muy aproximado a la cantidad de votos que usualmente ha obtenido el oficialismo en elecciones de este tipo, donde no está en juego de manera directa la permanencia de Chávez en el poder.

Si esta hipótesis es cierta, lo que en principio se analiza como un llamado de atención al oficialismo, se fagocitaría en la estrategia de debilitamiento y confusión.

Rascando el techo

Como se ha visto, la oposición se adjudica la victoria electoral. Se ha matizado también esa afirmación en función a la compleja maquinaria electoral. Hay un dato duro que no debe eludirse: el total de votos obtenidos por la oposición de derecha asciende a 5.312.193. Si se los compara con las elecciones anteriores, puede verse que no hubo un aumento considerable en cantidad de adeptos. El crecimiento presentado no es más que un aspecto falaz impulsado e inflado por los medios de comunicación simpatizantes sino socios de la derecha del país.

Quien sí estuvo lejos de su techo fue el oficialismo, ya que lejos de los más de 7 millones 300 mil  votos obtenidos en la última elección, donde Chávez era candidato a Presidente, estuvo en el orden cercano a los cinco millones y medio de votos.

Sobre eso, nuevamente la comparación debe realizarse con la máxima cantidad de votos obtenida en unas elecciones del mismo tenor. A pesar de ello, no deja de sonar a castigo, a protesta o desinterés, que los principales simpatizantes del partido oficialista no se hayan acercado a apoyar a sus candidatos.

Desgaste

Una de las posibles explicaciones a la escasa diferencia que el oficialismo sacó sobre la oposición, es la cantidad de años que el chavismo lleva en el poder. Debe recordarse que Chávez gobierna este país desde 1999. Cualquier proceso de gobierno democrático, por más plural, fresco, democrático y demás virtud que tenga, es desgastado por la coyuntura, por el paso del tiempo, por los errores, por las traiciones, por los factores de corrupción o estancamiento, etc. El chavismo no parece ser excepción. Este es un elemento constitutivo a la lógica democrática de gobierno de un país, y es en ese orden que el reconocimiento de esta situación es una alarma, un llamado de atención.

Clases medias, medias bajas.

En la mañana del 26 de septiembre recorríamos las calles de Caracas junto a un candidato oficialista al Parlamento Latinoamericano. Él nos advertía sobre la conformación geográfico-política de la ciudad, donde por sectores, las clases medias se encontraban situadas en edificios construidos en el llano, y las clases bajas en los cerros. La diferencia física entre un lugar y otro es de escasos metros en sus partes más bajas y la distancia crece a medida que uno sube los cerros.

A pesar de que muchos de estos sectores medios residían, en tiempos anteriores a la revolución, en esos mismos cerros de los que ahora se diferencian y, justamente por ello, es que la diferenciación construida en estos tiempos viene de la mano de la adopción del discurso de la derecha. Resulta paradójico que, aquellos que gracias al gobierno pueden, de a poco, mejorar sus niveles de ingresos, beneficiarse en el acceso a una vivienda digna, en la posibilidad de comprar un carro y alimentarse adecuadamente, en un proceso que se supone tiende a incluir a todos, sea la diferenciación y no la solidaridad la relación que mantengan con los otros. Parafraseando a un funcionario de estirpe del Gobierno nacional, más apreciado por su retórica que por sus accionar, “la clase media pasó muy rápido de las cacerolas al plasma”. Quienes más se beneficiaron con los cambios distributivos, son paradójicamente, los que menos apoyan la revolución y los que más rápido compran el discurso de la derecha del país.

3 R2

En la columna del pasado domingo que Chávez escribe habitualmente en el diario Últimas Noticias, el comandante insta a los revolucionarios: “Se impone el más vigoroso relanzamiento de las tres “R”, pero al cuadrado: su aplicación a fondo es decisiva para generar las condiciones que nos permitan obtener una victoria aplastante en las elecciones presidenciales de 2012, que serán también para gobernadores y alcaldes”.

El llamado de Chávez es claro y dirige la autocrítica al centro de su partido: Revisión, Rectificación y Reimpulso, para seguir avanzando en la construcción de una patria socialista.

¡Patria Socialista o Muerte! ¡¡¡Venceremos!!!

Finalizo este análisis con un comentario más de ocasión que de análisis. Acompañamos a nuestro amigo Arlen a que se atienda a uno de los centros de atención gratuita construidos por el Gobierno. Al salir había unos muchachos viendo a Chávez en la televisión, un domingo a las 7 p.m. Arlen dice: “Eso es lo que admiro de este pueblo, a pesar de los errores de la revolución, siguen militando por la esperanza”■

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1.Debe mencionarse que la distribución que actualmente se encuentra en ejercicio en la Asamblea Nacional de Venezuela y que lo estará hasta el 30 de diciembre, cuando se proceda al cambio de autoridades, favorece ampliamente al chavismo, quien posee los representantes de casi la totalidad de la cámara. Esto se debe a que en las últimas elecciones parlamentarias la oposición decidió abstenerse de participar por considerar que no se garantizaban los requisitos necesarios para que la elección no fuese fraudulenta. Al total sólo se le descuentan aquellos diputados que durante estos 5 años se han pasado de bando (¿cuento conocido?).

2.Resulta llamativo que, sin producirse cambios en el proceso electoral, la oposición reconoció e insistió a sus votantes sobre la confiabilidad del proceso electoral. Por tanto, a contramarcha del llamado a abstenerse de votar a causa de la ilegitimidad del sistema pronunciado por ellos mismos 5 años atrás, la oposición participó en la elección y aceptó los resultados con total legitimidad. Por tanto, este procedimiento electoral, similar al utilizado en la última elección de parlamentarios, sí garantizó el voto secreto, legítimo y confiable.

3.Si se intenta dar explicación a dicho cambio de estrategia, puede pensarse que tanto el fracaso de esta abstención de participar en las elecciones que generó la libertad legítima para disponer cuanto creyese necesario al oficialismo, como el fracaso de la vía golpista, produjo una reflexión en dicho sector, que favoreció no solo a su próxima inclusión en la Asamblea Nacional, sino también, y por ello, al fortalecimiento de la democracia de este país.

4.En ese contexto, la elección celebrada acabó dando los siguientes resultados: La alianza PSUV, que conforma el oficialismo, obtuvo 98 de los 165 parlamentarios en juego. La Alianza MUD, que es la suma de los partidos opositores al Gobierno chavista, obtuvo 65 diputados. Finalmente, el Partido Patria para Todos (en adelante PPT), un partido definido como de centro (que surgió luego de romper con el PSUV 3 meses antes de la elección) en una lógica donde el PSUV es la izquierda y el MUD la derecha, obtuvo la módica cifra de 2 diputados.

5.Debe tenerse presente que a diferencia de nuestro país en Venezuela no existen dos Cámaras (Diputados  y Senadores), sino que el Poder Legislativo se conforma unicameralmente.

6.El primer análisis que se desprende de la distribución numérica de representantes por sector muestra que, si bien el chavismo posee una amplia mayoría, no alcanzó su pretensión de mayoría absoluta, ya que no llega ni a los dos tercios (110 diputados) ni a los tres quintos (99).

7.Esto significa, por un lado, que las leyes que se aprueben durante el ejercicio parlamentario que inicia  el 30 de diciembre, no contará con la libertad de maniobrabilidad que venía gozando el proyecto revolucionario. Es muy probable que la oposición le ponga un freno a las tendencias de radicalización del proceso. Bajo esta suposición, los sectores más radicalizados del chavismo, preparan y esperan que una batería de leyes se aprueben antes del recambio parlamentario. Pero por el otro lado, puede notarse que aunque, como se dijo, el chavismo no posee la mayoría absoluta, sí posee el número de diputados necesario para legislar sobre cualquier ley ordinaria, y posee una sobrada mayoría para que no se apruebe ninguna ley que no obedezca a su voluntad.

8.Otro aspecto llamativo del sistema electoral venezolano es la conformación de las listas. Venezuela es un país que ha experimentado -y que aún sigue haciéndolo- entre diversos sistemas de elección. En la votación actual, el sistema de votación electrónica tenía cuatro opciones. En primer lugar, el voto a la Asamblea Nacional se dividía en el voto al primer candidato por distrito electoral y el llamado “voto lista”. En este último, se votaba directamente al partido, sin que figuren allí los candidatos. Este sistema, parecido al llamado “lista sábana” en nuestro país, es una de las aristas que exige al votante una preocupación previa a la votación por averiguar quiénes son y qué proponen los candidatos que allí se vota, o la total confianza y apoyo a las ideas del partido representado.

Asimismo, los otros dos votos se dividen entre los representantes al Parlamento Latinoamericano (en nuestro país este voto no es directo) y la representación indígena (cosa que tampoco existe, por ley, en nuestras tierras).

9.Según los resultados oficiales publicados, el PSUV obtuvo 5.399.574 votos, contra 5.312.293 votos de la oposición de derecha y 330.260 votos del PPT, sin contar el resto de los partidos.  Este dato nos lleva directamente a la pregunta acerca de cómo habiendo solo una diferencia cercana a los 100 mil votos, hubo tanta diferencia en la repartición de los parlamentarios.

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